Simpático, cercano e inteligente, amante de las motos y de la vida sencilla. Es el nuevo rostro de moda del cine, el alemán Michael Fassbender (1977), que acaba de estrenar Shame, película que le ha llevado al centro de la actualidad mundial tras ganar la Copa Volpi en el Festival de Venecia.

Interpreta a un adicto al sexo. ¿Cómo ve a su personaje, le costó empatizar con él?

Brandon, mi personaje, no se encuentra en una situación fácil y cómoda. Aunque se trate de sexo, algo en principio placentero, la película incide en cómo y qué siente un adicto: cómo se desarrolla el patrón de la adicción, cómo afecta a sus relaciones, a su puesto de trabajo a él, en definitiva, le resulta muy difícil controlar sus impulsos. Ahí está la lucha del personaje. No es que le dé igual, sino que le perturba vivir así, sin apenas implicaciones emocionales.

¿No sintió presión ante un personaje tan delicado?

Con todos los personajes hay presión. Pero me gusta la presión. Necesito que todo lo que hago me asuste un poco: el miedo da respeto, pero también ayuda.

Steve McQueen presenta a Brandon de una manera muy directa, pero tampoco evita la ambigüedad, sobre todo, en la relación del protagonista con su hermana

Es obvio que hay un elemento enfermizo en esa relación, pero Steve prefirió no mostrarlo de manera evidente, sino que el espectador terminara el relato con sus propias conclusiones. No sé, la historia está ahí, completamente abierta al publico.

¿La vergüenza a la que alude el título tiene que ver con la relación entre Brandon y Sissy? El título también se muestra algo ambiguo.

Creo que el título (y hablo por mí, no puedo hacerlo por Steve) tiene más que ver con esa idea de adicción, con esa repetición, más bien ese elemento compulsivo: ir en busca del contacto físico, juntarse con desconocidos, no poder controlarse y sentirse esclavo del deseo. Luego, aparece la vergüenza, que lleva a una nueva repetición del patrón: para quitarse ese mal sentimiento y dejar de fustigarse, el adicto se va por ahí, bebe, se acuesta con alguien, etc. En mi opinión, está íntimamente ligado a la rueda de la adicción.

Nueva York tiene una fuerte presencia en la película. ¿Cree que la historia podría suceder en cualquier otra metrópoli?

Creo que Nueva York es el lugar donde nació la idea de la película. En todo caso, me remito a las palabras de Steve: probablemente, Nueva York sea la ciudad donde más fácilmente se tiene acceso al exceso.

Brandon apenas controla su cuerpo, como tampoco su destino. ¿Es el personaje un ejemplo de la sociedad contemporánea, de cómo nos situamos frente al sexo y las relaciones?

No sé, no creo que la película sea o quiera ser un ejemplo tan categórico del mundo contemporáneo. Sí veo que trata de acercar al espectador medio cómo siente alguien que sufre esta enfermedad. Realmente, hay muchas personas como Brandon, y tiene que ver con una neurosis, eso sí, muy contemporánea. Hay muchos hombres y mujeres navegando por internet en busca de sexo. Hombres casados, capaces de pasar más tiempo solos, frente al ordenador, masturbándose, que en la cama con su mujer. Por otra parte, también aparece esa idea de la sobreinformación: vivimos rodeados de demasiada información, demasiadas opciones, demasiada gente diciéndote cómo tienes que hacer según qué, cómo hemos de comportarnos, qué objetos, qué ropa, qué aparatos pueden hacernos felices. Sin duda, es algo que sobrepasa, que crea ansiedad y a lo que uno ha de hacer frente hoy en día.

Tanto en su anterior película con McQueen, Hunger, como en Shame, sus actuaciones son especialmente físicas.

Bueno, digamos que siento la interpretación como algo físico. Cuando estudio el personaje que he de encarnar, siempre pienso en cómo se moverá, me gusta imaginarme los gestos de su cuerpoÉ La mayoría de las veces siento que transmito más a través del lenguaje corporal de lo que podría en un párrafo de diálogo. Así que es muy importante para mí esa idea de lo físico.

Estrenó en 2011 Un método peligroso, X-Men: Primera Generación y Jane Eyre. También logró la Copa Volpi por Shame. Podríamos decir que su carrera se ha disparado. ¿Ha pensado en cómo va a gestionar el éxito y los nuevos proyectos?

Bueno, lo que puedo decir por ahora es que quiero seguir construyendo mi carrera tal y como lo he estado haciendo: fijándome bien en el guión y en quién es el director. Respecto del éxito, en fin, veo lo que he conseguido después de tantos años, porque empecé a trabajar como actor con 17 años, y lo siento como un sueño: el poder trabajar con Steve y que seamos amigos, tener diferentes ofertas de trabajo de distintos cineastas; poder vivir de la interpretación, o, como dices, haber llegado a esta posiciónÉ Para mí es como una bendición. ¿En términos de mi día a día? No cambia mucho. Por suerte, casi no me reconoce la gente. Estas cosas suceden cuando visitas festivales de cine (risas).