Oviedo, M. S. MARQUÉS

El goteo de visitantes en el Museo Arqueológico de Asturias es constante. Así y todo las entradas han caído con respecto a 2011, y este verano ha tenido que ser la música la que ayude a engordar las cifras. Lo ha hecho de la mano de los conciertos del festival de verano que se celebran en el museo y que han sido, con su masiva afluencia de público, uno más de los muchos atractivos que ofrece la renovada instalación museística.

El pasado mes han visitado el Arqueológico 4.900 personas frente a las 4.000 que lo hicieron en las mismas fechas de 2011. Pero en este incremento numérico tiene mucho que ver la programación de los cuatro conciertos de «Oviedo es Música» que se celebraron en el claustro con una media de asistentes que superó las 300 personas por sesión.

La música pone así de manifiesto la buena acogida del público a la organización de actividades que se salen de la oferta habitual, algo de lo que son conscientes los responsables del museo que se preparan para poner en marcha en un futuro nuevos proyectos que permitan atraer al gran público.

José Javier Fernández Moreno, director del Arqueológico, tiene en mente algunas de las propuestas que se podrían desarrollar, actividades de las que prefiere no hablar porque forman parte de un plan de trabajo que debe ser presentado y aprobado por la Consejería de Cultura. Sí menciona, entre lo realizado, la exposición «Al sur de Venus» que el Arqueológico organizó en colaboración con el Museo de Altamira y que se expone hasta el 26 de agosto en el Centro de Arte rupestre Tito Bustillo de Ribadesella. En la muestra, que reúne más de mil piezas correspondientes al período Gravetiense, se incluyen materiales procedentes de cuevas asturianas pero también de otras comunidades y de dos grutas francesas.

Junto con la programación de actividades, el museo tiene pendiente desde su inauguración una revisión que mejore la información que se ofrece de las piezas expuestas. «Existe el compromiso del Ministerio de Cultura para realizar ese trabajo», afirma Fernández Moreno, «que se podría desarrollar con las llamadas hojas de sala complementarias de la información de las vitrinas». No obstante, asegura que el centro ya ofrece mucha información que se complementa con las bandejas situadas en la parte inferior de los paneles expositivos y con las pantallas digitales.

El verano es temporada alta en el museo. En un buen día pueden circular por las instalaciones más de trescientas personas, cifra muy alejada de la demanda en los meses de invierno, sobre todo cuando, como en este caso, la presencia de escolares todavía no está consolidada.

Con la intención de abundar en el conocimiento del visitante, se han comenzado a realizar estadísticas de procedencia, aunque todavía con pocos datos ya pueden confirmar que los extranjeros son madrugadores y prefieren las primeras horas para hacer la visita. Los turistas nacionales comienzan a llegar hacia el mediodía. También han observado que muchas personas prefieren las horas centrales, cuando otros museos o lugares de interés cierran, para acercarse al Arqueológico. Según Fernández Moreno esas preferencias son las que han influido para que el museo haya optado por un horario ininterrumpido de miércoles a sábado. Cierra los domingos por la tarde, el lunes y el martes. «Permanecemos abiertos las mismas horas a la semana que el resto de los museos, la única diferencia es que las distribuimos de otra forma». El centro también cuenta con una biblioteca especializada abierta de 12 a 15 horas.