Las televisiones analógicas -no las que reciben la señal a través de la TDT- sintonizan el eco de la primera explosión (Big Bang) que dio lugar al Universo. La denominada «nieve», el chisporroteo luminoso que se aprecia en la pantalla cuando no se recibe ningún canal, está formado por ruido electromagnético, restos de otras señales y parcialmente por la denominada «radiación de fondo de microondas». Esta radiación, con una longitud de onda de 1,9 milímetros, llena el Universo por completo y está considerada la principal prueba del Big Bang. Según este modelo, el cosmos era al principio un plasma de electrones, fotones, protones y neutrones. Los fotones (partículas de luz) interaccionaban con los electrones, pero al ir enfriándose ese plasma, los electrones se combinaron con neutrones y protones para formar átomos. Los fotones prosiguieron viajando por el Universo con menor energía y constituyen esa radiación que origina parte de la «nieve» en la tele.