Oviedo, M. S. MARQUÉS

El Museo de Bellas Artes de Asturias abre su tercera década con la misma rigurosa política de adquisiciones que inició en 1980, año de su apertura, y con igual interés por desarrollar los diferentes conjuntos que componen su colección. Como parte de esa habitual dinámica, el museo presentó ayer trece obras, algunas de reciente adquisición, que han sido las elegidas para componer el calendario 2010, también presentado ayer.

El almanaque, que se encuentra a la venta en el museo, reúne algunas singularidades que fueron subrayadas ayer durante la presentación: por un lado, estar editado en castellano, asturiano y gallego-asturiano, y también por incluir 13 meses en lugar de doce, al mostrar ya enero de 2011. El director del museo, Emilio Marcos Vallaure, explicó la idea de los trece meses como previsión de que el almanaque del año próximo vuelva a salir en enero en lugar de en diciembre.

Las selección de obras abarca todas las colecciones del museo. Se abre con «La sagrada familia de Santa Ana y San Juanito», de Juan de Roelas, uno de los introductores de la pintura del barroco en Sevilla y muy cercano a Velázquez. El otro lienzo de pintura antigua es el retrato de Luis I, de Miguel Jacinto Meléndez, miembro de la saga de artistas de procedencia asturiana y pintor muy considerado. De la colección de dibujos románticos, dos relacionados con la loza y firmados por David Roberts y Jenaro Pérez Villaamil, máximos representantes del género.

Las artes industriales están representadas por dos adquisiciones: una placa de porcelana de París con el retrato de Francisco Amorós y un plato de la fábrica de Menasalbas (Toledo). Al conjunto hay que sumar dos esculturas: un busto de Salvador de Madariaga, realizado por su hermano Emilio de Madariaga en 1920, el mismo año en que murió, y una pieza del escultor barroco Luis Fernández de la Vega, autor de una Inmaculada Concepción que Emilio Marcos Vallaure calificó de «espléndida».

También mostró interés especial el director del museo por el «Paisaje neoclásico» de José María San Julián (Avilés, 1900-Oviedo? 1942), un pintor olvidado del que se sabe muy poco y al que sería interesante descubrir. «Estoy seguro de que con este cuadro puede aparecer algún descendiente que nos dé más detalles de su vida y su obra», señaló Marcos Vallaure. La selección incluye además la última adquisición de Darío de Regoyos, un lienzo de San Antolín de Bedón; el Pío Baroja de Paulino Vicente, «el Mozo», y dos obras contemporáneas: «Confluencias I y II» de Vicente Pastor y «Ausencia» de Eugenio López.

A la presentación asistieron el director de Patrimonio, José Luis Vega, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, José Suárez. Vega subrayó la singularidad del calendario, que lleva doce años editándose, y Suárez, que felicitó al director por la iniciativa, pidió que el del próximo pueda recoger algo de la ampliación del museo.