Oviedo, J. B.

Juan José Otegui (Oviedo, 1936) fue homenajeado ayer en el Festival de Cine Asturianu, en una gala que se celebró en el teatro Filarmónica y en la que se entregaron los galardones de este certamen, que alcanzó su sexta edición. Otegui habló minutos antes de la ceremonia con LA NUEVA ESPAÑA. Y mostró una gran satisfacción por el reconocimiento de los organizadores del evento. «Para mí es una emoción. Tengo pocos premios y si el premio tiene sabor a manzanina y sidra es especial para mí. Emocionalmente muy potente. Tengo que hacer un esfuerzo para no emocionarme», dijo.

El actor, que sufrió los trastornos viajeros de una avería en el tren que le traslada a Oviedo y tuvo que rematar la ruta en autobús, explicó que no daba marcha atrás en su jubilación, que anunció al poner en marcha la representación de «La marquesa de O»: «Sí, mi jubilación no tiene vuelta atrás. Hombre, no hay nada en la vida imposible. Pero tras 49 años en la escena y 107 estrenos es complicado que vuelva», precisó Otegui, que decide no inclinarse por ninguna obra en especial: «Es imposible contestar a esa pregunta. Todas han tenido su interés. Hay como doce o diez muy importantes, cada una en su momento», puntualiza. Mirando atrás Juan José Otegui afirma que se sintió bien tratado en la profesión: «He tenido mucha suerte», sentencia. Y sobre el mundo del cine matiza que «hice poco porque al estar en el teatro es complicado combinar cine y teatro. Por los horarios, los ensayos... No es fácil compaginarlo».

De la otra pata escénica, la televisión, el intérprete asturiano entiende que le «quedaron cosas por hacer». Aunque recuerda sus trabajos «en una serie de hace unos cuantos años, "¿Quién da la vez?". Y de otra de hace varios años, en La 2, "Personaje a trasluz"».

Ante la gran explosión de la nueva era televisiva, Otegui afirma que a él no lo «tentaron».

Juan José Otegui comenzó el ciclo de su retirada con la representación de la «Marquesa de O» en Alicante. Allí fue donde anunció, hace poco más de un año su jubilación de los escenarios. Posteriormente, al llegar a Madrid con la misma obra, el pasado noviembre de 2009, ratificó su decisión y de manera irónica dijo que se iba ya para no aburrir. Ya entonces insistió en que se trataba de una decisión definitiva, a pesar de que sabría que tendría mono. Nada mejor para esta despedida que un homenaje en casa y bajo el epígrafe de un Festival de Cine Asturianu.

Cuando se le pregunta si volverá a Asturias, aunque sólo sea para hacer un poco de teatro amateur, responde con buen humor y mejor ironía: «No tengo ni idea de lo que voy a hacer. Pero siempre que pueda volveré a Asturias. Al Carmín y a beber sidra y a pasear», concluye el gran actor carbayón.