Madrid, Agencias

El personal de enfermería en España sufre cada año más de 30.000 pinchazos accidentales -102 de ellos ocurren en Asturias- cuando están atendiendo a sus pacientes con agujas o jeringuillas. Desde ahora, podrá evitarse un 85% de los casos gracias a la aprobación, el pasado lunes, de una directiva europea que obligará a todos los estados miembros a utilizar nuevos dispositivos más seguros. En España supondrá un ahorro anual de unos 30,7 millones. En Asturias, el gasto es de unos 1,3 millones y con la norma ahorrará 900.000 euros.

La normativa fue aprobada por el Consejo europeo de Ministros de Empleo y Asuntos Sociales, y contó con el apoyo del Ministerio de Sanidad y Política Social y la iniciativa del Consejo General de Enfermería de España, que lleva promoviendo desde hace años la implantación de medidas de bioseguridad para que, en caso de ocurrir un accidente de este tipo, no se produzca ningún tipo de infección.

Según explicó el presidente de esta entidad colegial, Máximo González Jurado, el 10% de estos pinchazos accidentales se produce cuando los enfermeros están atendiendo a un paciente con hepatitis C, el 5% cuando se atiende a un paciente con VIH, y un 2% con pacientes con hepatitis B. «La infección no es segura en todos los casos, dado que en el caso del VIH pueden recibirlo pero no desarrollarlo, pero en cualquier caso el riesgo es muy alto», aseguró.

A la propia infección hay que unir, además, la «estigmatización» que acompaña a estos profesionales, como reconoció el propio González Jurado, quien resultó infectado por hepatitis hace muchos años y aseguró que «si lo dices, te cuelgan un cartelito».

El 70,4 por ciento de los casos de pinchazos accidentales que se registran se produce en el colectivo de enfermeros, auxiliares, estudiantes y matronas.