Oviedo, E. G.

Desde Asturias, por iniciativa del propio Ángel Aznárez, se frenó hace ahora un año un proyecto legislativo nacional que iba camino de un «jardín» jurídico de proporciones considerables. Era el proyecto de ley del Registro Civil en el que, remitiéndose a un artículo del Código Civil, se entendía como nacido a aquel bebé que tuviera figura humana y viviera 24 horas desde la ruptura del cordón umbilical.

Un artículo de Aznárez publicado en LA NUEVA ESPAÑA y titulado «Registro de vidas y de muertes» abrió la espita de la polémica. El proyecto, se decía, era «incongruente» y «contrario a los derechos de las mujeres». «Las dos exigencias anteriores podrían tener fundamento en la Edad Media. Lo de "figura humana" respondía a una misoginia del legislador, que creía que las mujeres podían parir monstruos», señala Aznárez. Según el texto inicial, la mujer que tuviera la desgracia de que el hijo, por enfermedad o accidente, se muriese en las primeras 24 horas, jamás tenía la posibilidad de tener un documento público de haber sido madre, siendo un aborto. El texto fue cambiado.