Oviedo, J. B.
«Cuéntame cómo pasó». Hay coincidencia en que es una serie muy bien hecha, «muy lograda», en todos los sentidos: actores, recreaciones, historia e historias. Tiene muchos motivos asturianos. De entrada, el primer director fue Tito Fernández. Eso dejó huella. En la serie protagonizada por Imanol Arias y Ana Duato aún se ven rótulos del tipo «Bistrot París-Nalón». Concluyó temporada semanas atrás. A las pocas horas de la despedida parcial hubo una gran conmoción y convulsión entre sus millones de seguidores: los recortes de RTVE podían poner punto y final a la familia Alcántara, que, curiosamente, se despidió en enero de 1981, a muy pocas semanas del «golpe» fallido de Tejero y compañía. El último capítulo de la temporada tuvo más de cinco millones de espectadores y un 26,5% de cuota de pantalla, el mejor registro desde el año 2007, según TVE.
Otra que asustó a sus seguidores ha sido «Águila Roja». Otro acierto absoluto de la cadena pública. Uno de esos «productos» que se ponen en la parrilla y que sorprenden incluso a los programadores. Serie de época que ocupó muy bien los dos días en los que se emitió (un tiempo en jueves, otro en lunes) y que enganchó a toda la familia, al igual que «Cuéntame». El justiciero español, el rey de las Españas, la condesa mala, los enredos cortesanos... batieron su récord de audiencia en la despedida de temporada, con algo más de seis millones de seguidores y casi el 31% de cuota de pantalla.
Dos fenómenos que han funcionado. Dos series que han calado entre la afición y que están a la espera de su futuro, aunque de «Águila Roja» hay capítulos grabados. Será conveniente, pues, que se ajusten los dineros en la televisión pública y que se ajuste también el de las series (sin dejar caer en exceso su calidad), pero ambas dan para proseguir unas cuantas temporadas más. Si se aprobó la miniserie sobre la vida de Julio Iglesias, ya deberían de tener el OK los Alcántara, esa familia que tan bien contó la posguerra y la transición, y que nos hizo recordar el Citroën GS, por citar.
