Fallos en la organización y poco respeto hacia el trabajo de los músicos ha llevado al grupo asturiano "La Bande" a desnudarse para ofrecer un concierto de una sola canción en una de las carpas de la Semana Negra de Gijón, para lo que habían sido contratados "por muy poco dinero", según asegura la formación.

Una serie de fallos fueron subiendo el nivel de cabreo de los músicos que decidieron despojarse de pantalones y camisetas para denunciar la situación tocando en calzoncillos.

"La Bande" son uno de los grupos más conocidos y solventes de Asturias desde su formación hace cinco años. Una combinación de pop, rock y música tradicional asturiana que les llevó a ser ganadores del premio Diesel Next Rock Star organizado por la revista Rolling Stone, lo que les llevó a dar el salto fuera de Asturias.

La formación ha emitido un comunicado oficial para explicar lo ocurrido el pasado domingo en Gijón:

"Este post tiene la intención de explicar lo que pasó ayer en el concierto más corto de la historia de La Bande, que os ofrecemos íntegro en el vídeo. ¿Por qué nos quedamos casi desnudos en mitad de la Semana Negra de Xixón? ¿Qué reivindicamos con ese gesto? ¿Miguel está totalmente adánico o solo tiene la guitarra muy bien situada?"

Bueno, pues la cosa es que una carpa de la Semana Negra nos contrató para dar un bolo ayer, domingo 12, a las 20:00h. No nos apetecía demasiado porque veníamos de tocar el sábado en el Niemeyer, porque nos pagaban poca pasta y porque Miguel tenía que trabajar al día siguiente (hoy) en Madrid. No vamos a dar explicaciones filantrópicas: aceptamos porque aunque era poca pasta era una suma distinta de cero y porque queríamos darnos a conocer en la antigua y honorable ciudad de Gigia.

Tras atravesar una calle abarrotada cargando con todo nuestro equipo, después de aparcar los coches a media hora caminando, llegamos a la famosa carpa. No daremos su nombre para que no pase a la inmortalidad gracias a nosotros (pero podéis consultarlo en el post anterior).

Habíamos quedado a las seis para montarlo todo y probar el sonido. Ya sabíamos que no había micrófonos, pies de micro ni cajas de inyección, que llevamos nosotros, pero nos habían dicho que habría PA, monitores y mesa de mezclas. Cuando llegamos, no había nadie que supiera ni siquiera que existíamos, y desde luego, nadie que supiera nada de sonido. Había varias pantallas por allí amontonadas, pero nosotros no sabíamos ni dónde había una toma de corriente, ni si las podíamos usar, ni cómo montarlas.

Pero eso no era lo peor: resultó que la mesa de mezclas era una mesa de DJ, que está muy bien para un DJ, pero que no vale para un grupo en directo. Para que os hagáis una idea, la mesa tenía cuatro canales y nosotros necesitamos 12. Además, no tenía alimentación Phantom ni entrada de Jack, por lo que varios de nuestros instrumentos no podían conectarse. Y la guinda del pastel, la reluciente y demasiado dulce guinda del pastel, es que el tío que sabía manejar el equipo (que por cierto, estaba parcialmente estropeado) no llegó hasta dos horas y media después, es decir, treinta minutos más tarde de la hora de inicio del concierto. Intentamos contactar con la organización, que no dio señales de vida.

Ya no daba tiempo a tocar, no se podía tocar y no teníamos ganas de tocar. Tragamos con muchas cosas, pero ya nos estaba asomando el bolo gástrico a la entrada del esófago. Y eso que perdíamos lo poco que nos iban a pagar, eh. Nos pusimos dignos, se nos subió el rollo sindical a la cabeza, y decidimos hacer lo que hicimos, esto es, desnudarnos, tocar una sola canción y marcharnos, en los que pasará a la posteridad como "El concierto más corto de La Bande o lo bueno, si breve, dos veces bueno".

Esperamos que esto sirva para llamar la atención sobre la situación de los músicos en Asturies, que muchas veces se ven obligados a tocar en unas condiciones penosas a cambio de poco más que los gastos de la gasolina y de la cena y que podrían estar en el sofá de su casa comiéndose un bol de cereales con trocinos de chocolate mientras ven con cara escéptica la última y bastante floja temporada de True Detective pero escogen trepar por el respaldo de un gigantesco trono de cucho para ofrecer unos conciertos en directo a los que la mayoría de las veces no va nadie, casi nadie o muy poca gente.

En fin, que como decía Bolaño hay tiempos para recitar poemas y tiempos para boxear y ayer era más bien de los segundos. Boxead. Nosotros ayer lanzamos un guante, pero nos queda el otro. Es posible que hasta seamos zurdos, como el temible pirata Roberts de "La Princesa Prometida". Os queremos y prometemos recompensaros por el striptease de ayer"