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ELIAKÁN ÁLVAREZ | Estudiante de 2.º de Primaria

"No se tarda nada y me sirve para aprender mejor"

"No se tarda nada y me sirve para aprender mejor"

Oviedo, Félix VALLINA

A Eliakán Álvarez todavía le gusta hacer los deberes. Con sus siete años se lo pasa bien rellenando las fichas que el profesor le manda para casa y no echa más de media hora al día con los trabajos extraescolares. Aunque ya le está viendo las orejas al lobo. El niño -que cursa segundo de Primaria en el colegio San Pedro de los Arcos- tiene una hermana de 11 años y a ella sí que "la cargan" con "mucho más" trabajo. "Es que a veces la niña se pasa hasta dos horas estudiando después de las clases", corrobora su madre, Jessica Gutiérrez.

Pero a él los deberes no le quitan el sueño, todo lo contrario. "Cada día suelo hacer una hoja del cuadernillo de refuerzo, algunas sumas, leer... No se tarda nada y me sirve para aprender mejor lo que hacemos en clase", asegura Eliakán. Como es aplicado, suele ponerse manos a la obra nada más llegar del cole. Después se va al parque "hasta que hay que volver a casa para cenar e irse a la cama", explica con plena claridad. Y todavía le queda tiempo "para estar un buen rato con papá y mamá". Su madre no está dispuesta a sumarse a la cruzada contra los deberes que se ha iniciado en España. Piensa que son algo positivo para sus hijos (tiene otra niña de tres años), aunque todo tiene un límite. "Es bueno que desde pequeños vayan cogiendo el hábito de tener alguna responsabilidad y de ser constantes en el estudio, pero tampoco es normal que los niños tengan que pasarse horas y horas frente a los libros después de una jornada intensa de clases", sostiene Jessica Gutiérrez. "Un trabajador adulto acaba su día de trabajo y no piensa más en ello hasta el día siguiente, pero a veces los niños están demasiado presionados cuando lo que tienen que hacer es jugar", añade.

El tutor de Eliakán, Luis Fernández, lleva 33 años dando clases y está a favor de los deberes siempre que cumplan con su cometido principal. "Se trata de actividades de refuerzo. Uno de los objetivos de la educación, sobre todo con niños tan pequeños, es fomentar los hábitos de estudio y sin los deberes sería imposible", señala. Eso sí, "el propio profesor es el que debe establecer los límites y no pasarse". Por eso procura que las tareas que les encarga sean "motivantes, agradables y nada tediosas", para que "puedan disfrutar con las cosas lógicas de su edad".

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