Hay estudios, de esos que hacen a granel en las universidades norteamericanas, que garantizan a las madres embarazadas que si se ponen en la barriga mucho Mozart y todo Bach acabarán pariendo un Einstein o, si aspiran al tope de gama del listu, un cuñao de Ciudadanos. A Ángeles Roso le pasó algo así con la música. Le pasó que iba gestante acompañando a su marido, Fernando Valle, por los concursos de escanciadores que él ganaba, y como allí cantaban los del "Dúo Astur" -dos grandes de la tonada, Jorge Tuya y Luis Estrada- lo que venía en camino fue tomando nota, fue cogiendo el son y con ella se quedó para toda la vida. Así que así nació Marisa Valle Roso, que ya lleva ganados unos treinta concursos de tonada con una voz que te abre la variante de Pajares sin tuneladora.
Pero la cosa, todo hay que decirlo, comenzó tirando a peor. Marisa empezó a ir a clase con el maestro Alfredo Canga por imitación, porque iba su hermano mayor, Fernando. La neña, por lo visto, no valía, pero aun así, con 13 años y aquella timidez encima, la echaron a cantar "A la marina contigo" en el teatro de El Entrego, delante de la gente. Se puso tan nerviosa y creyó que lo había hecho tan mal que nunca jamás, ni hoy aún, la volvió a entonar. "La borré de mi mente". Pero luego todo volvió a su ser y Marisa reinó sobre la tonada y ahora abre un camino musical propio, rico, cálido, amestao, pa respigase. Y ahora, aunque ella no se lo crea, ya se mide con Víctor Manuel o Rozalén. O quien se ponga delante. Queda timidez, pero menos. Así que ahí la tiene usted, mandando, con una voz que abría una montaña y ahora te abre el corazón.
Bio
Marisa Valle Roso (La Felguera, 1987) protagonizará el próximo 28 de abril en su localidad natal su concierto más multitudinario. Será en el pabellón Juan Carlos Beiro, ante más de 2.000 personas y dentro de la gira de su último disco, "Consciente", con el que ha dado un giro a su carrera como joven estrella de la tonada asturiana. Tras "En lo fondero del alma" (2011), este segundo trabajo, con productores de lujo (Sebastián Merlín y Charlie Bautista), cuenta con un dúo con Rozalén y con composiciones de Víctor Manuel, Alfredo González, Pablo Carrera y suyas propias. Con él abre una etapa más que prometedora en su trayectoria musical en la que, sin abandonar la tradición asturiana, se adentra en la canción hispanoamericana, el fado y el pop.
