La soprano Eugenia Boix protagoniza el jueves (20.00 horas) en el Auditorio de Oviedo el programa "Il martirio nella corte" de la quinta edición de la "Primavera Barroca". Estará acompañada por Guillermo Turina (violonchelo) y Tomoko Matsuoka (clave). La cantante habla con LA NUEVA ESPAÑA de su relación con la música antigua y otros géneros y tiene muy presentes los trabajos que hizo con los hermanos Zapico ("Forma Antiqva") y sus diversas actuaciones en Asturias.
- ¿Cómo define el programa que va a interpretar?
-Vamos a pasar por distintos autores, Caldara, Facco, del que recientemente hemos presentado un CD recopilando distintas obras. Facco, desafortunadamente, no se conoce mucho y es muy importante. También está en el programa Supriani, otro compositor sobre el que editamos disco y trabajamos a menudo. Habrá cantatas, sonatas con violonchelo y clave. Comenzamos con el oratorio y luego distintas obras que son sacras. Aunque no todo es sacro. Lo de Supriani es una cantata profana.
- ¿Cambia mucho el registro de este tipo de música a otros?
-No he decido hasta el momento hacer sólo un tipo de repertorio. Voy variando a partir de lo que surge en el momento. Con la música antigua estoy a gusto, pero, por ejemplo, hace poco hice un recital de zarzuela. Intento ser coherente y sincera con el repertorio que estoy haciendo en el momento. Y si el momento es música antigua intento ser fiel a ese repertorio.
- ¿Hay diferencia técnica?
-Partimos de que el cantante no cambia el instrumento. No hay que ir de arco barroco al arco, por ejemplo. Cantando, el instrumento es el mismo. Lo que haces técnicamente es adaptarte a lo que tienes a tu alrededor. Nunca voy a cantar igual con una vihuela o un clave como con una orquesta o, como hice en Oviedo, a Wagner. Es imposible, siempre te metes en la partitura y lo que hay alrededor y, por lo tanto, tu emisión y el aire es distinto. Es cuestión de adaptarse al repertorio que está delante de ti.
- Ha conseguido ser profeta en su tierra y fuera de su tierra.
-Por eso me encargo siempre de recordar de dónde soy. Estoy en Monzón, en Huesca, y se llena el auditorio, como que la gente se siente parte de mi carrera. Yo cantaba jotas.
- ¿Y las sigue cantando?
-Ya no es como antes. Cantar jotas tiene una técnica muy diferente; he cantado alguna vez con un tinte más lírico que no es el jotero. Si me escuchara un jotero al uso diría esos no es una jota.
- Y en Asturias también le va bien.
-Con los hermanos Zapico ("Forma Antiqva") tengo mucha relación. Con Aarón haré una ópera en abril que él dirigirá. Y con Oviedo es de hace más años; con David Menéndez, que fue uno de mis primeros profesores de canto que conocí fuera de mi entorno. Le iré a ver ahora en Oviedo. En Asturias me siento muy enraizada por estas cosas. Hice además todos los géneros. Con los Zapico fueron los conciertos de música antigua. He ido unas cuantas veces y volveré.
- Con "Forma Antiqva" grabó disco.
-Con los Zapico grabamos allí "Crudo amor" con Carlos Mena. Es que tengo buenas relaciones en Asturias. Tengo amigos con casa en Colombres, amigos en Oviedo, tengo una vinculación que me hace sentir bien. Me gusta el carácter asturiano, y se come muy bien.
