Los dos hijos mayores de los duques de Cambridge, el príncipe Jorge y la princesa Carlota, serán pajes en la boda de la princesa Eugenia el próximo viernes en el Castillo de Windsor, anunció hoy el palacio de Buckingham.

La hija mayor del cantante británico Robbie Williams y Ayda Field, Theodora, acompañará a los sobrinos de la novia, que contrae matrimonio con el que ha sido su pareja durante los últimos siete años, Jack Brooksbank.

Completarán la comitiva infantil Savannah e Isla Phillips, hijas de Peter Phillips -el hijo de la princesa Ana y el capitán Mark Phillips- y su esposa, Autumn, Mia Tindall, hija de Zara y Mike Tindall, y Maud Windsor, ahijada de la novia.

Otro de los pajes será el hijo de seis años del financiero de JP Morgan Oliver de Gyvenchy y su mujer Zoe, Louis de Gyvenchy.

También los hijos de los condes de Wessex, Luisa y Jacobo, de 14 y 10 años, respectivamente, adoptarán el papel de asistentes especiales.

El palacio adelantó hoy también que el hermano del novio, Thomas Brooksbank, será su padrino y la hermana mayor de la novia, la princesa Beatriz, su dama de honor.

La segunda hija de Sarah Ferguson y del príncipe Andrés, tercer hijo de la reina Isabel II de Inglaterra y el duque de Edimburgo, contraerá matrimonio este viernes ante 800 invitados.

El lugar escogido para la ceremonia ha sido la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, donde el príncipe Enrique y Meghan se dieron el "sí, quiero" el pasado 19 de mayo.

Eugenia, de 28 años, y Brooksbank, de 31, se conocieron en 2010 mientras ambos esquiaban en Suiza.

El novio dirige el club Mahiki, situado en el barrio londinense de Mayfair, conocido por ser frecuentado por gente rica y famosa de la capital británica.

"La otra" boda real del año, tras la de Enrique y Meghan, parece no interesar especialmente a los británicos si no es para criticarla.

Otra boda fastuosa había deslumbrado a los británicos, la del príncipe Guillermo, hermano de Enrique y segundo en el orden de sucesión al trono, en 2011 con la elegante Kate Middleton.

Pero la princesa Eugenia de York, hija menor del príncipe Andrés y de Sarah Ferguson, es novena en el orden sucesorio y por lo tanto está considerada como "un miembro menor de la familia real".

Hasta ahora la joven había hecho sobre todo hablar de ella por su particular gusto en materia de sombreros, en particular el que lució en la boda de Guillermo y Catalina, que provocó casi tantas burlas como el extravagante modelo de su hermana Beatriz, de 30 años.

La radiotelevisión británica BBC, que se toma las bodas reales muy en serio, no difundirá la ceremonia, una decisión que provocó revuelo en el Palacio de Buckingham y fue justificada, según la prensa, por el temor a un índice de audiencia decepcionante.

La pequeña cadena comercial ITV se ofreció para retransmitirla. Pero solo, según el diario The Times, tras la insistencia del padre de la novia.

Para agregar más ignominia a la situación, la multitud debería ser mucho menos numerosas el viernes que durante la boda de Enrique y Meghan Markel, que atrajo a más de 100.000 personas a las calles de Windsor, pequeña localidad a unos 40 kilómetros al oeste de Londres cuyos hoteles están lejos de colgar el cartel de completo.

Más que provocar admiración, la opulencia de esta boda suscita críticas.

Así, muchos británicos se indignan por los gastos de seguridad, estimados en 2 millones de libras (2,28 millones de euros, 2,63 millones de dólares), pagados con dinero público.

"Una boda real es un evento privado, personal, que se transforma en una ocasión nacional", denuncia una petición firmada por casi 40.000 personas.

Al igual que Meghan y Enrique, Eugenia y Jack han previsto pasear en calesa por Windsor durante unos 15 minutos, una etapa que los firmantes de la petición querrían suprimir para evitar el coste de los francotiradores de la policía en los tejados y de dispositivos antidrones.

Pero los futuros esposos no quieren ceder, lo que ha desatado la ira de la prensa británica.

La familia real correrá sin embargo con los gastos del pastel de boda, red velvet con chocolate "tradicional con un toque de modernidad", que compartirán con sus 850 invitados -frente a 600 para Enrique y Meghan- entre los que habrá famosos como el actor estadounidense George Clooney y su esposa.

Los esfuerzos de la princesa Eugenia por ganarse el corazón de los británicos cayeron en saco roto, como la entrevista que dio junto a sus hermana Beatriz al número de septiembre de la edición británica de Vogue, biblia de la moda.

En ella explicaban la dificultad de ser princesas y posaban con ropa de lujo en su impresionante residencia de 30 habitaciones en Windsor.

"Somos muy reales", aseguraba Eugenia, afirmando haber llorado con su hermana por un artículo "horrible" sobre sus sombreros.

La vida del futuro esposo, novio de Eugenia desde hace ocho años, está más rodeada de misterio.

Según la prensa, habría sido camarero antes de dirigir el muy selecto club londinense Mahiki. Y habría conocido a Eugenia gracias a unos amigos en la exclusiva estación de esquí suiza de Verbier.

Según su suegra, Sarah Ferguson, el novio trabaja actualmente para la marca estadounidense de tequila Casamigos, fundada entre otros por George Clooney.

"Tendré que aislarme un poco antes de los discursos porque estoy aterrado", confió recientemente Brooksbank al diario sensacionalista "Daily Mail".