Goya se deja ver en el Museo de Bellas Artes de Asturias. El programa "La obra invitada" (cesiones de otros museos o colecciones particulares) tiene en esta ocasión un sabor muy especial, el de uno de los grandes genios de la pintura universal: Francisco de Goya. Con motivo de la exposición temporal del retrato de Fernando VII, cedida por el Museo de Arte Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS), la pinacoteca asturiana ha habilitado una sala especialmente dedicada al artista aragonés.

Fernando VII, que podrá contemplarse hasta el próximo 2 de junio, no estará sólo. El museo ha sumado en el mismo espacio otras dos obras de Goya de su propia colección como el retrato de Jovellanos con el arenal de San Lorenzo al fondo y el retrato de Carlos VI. En la sala 4 del Palacio de Velarde también se podrá contemplar la radiografía que se hizo en 2010 al retrato de Jovellanos y donde se puede apreciar una figura femenina (cuya verdadera identidad aún está discutida) y que Goya pintó antes de retratar al polígrafo gijonés. En esa misma sala, los visitantes encontrarán otro cuadro de la época, pero no de Goya. Se trata de un retrato de Carlos IV, también en préstamo temporal por el museo cántabro, firmado por Bernardo Martínez del Barranco.

El retrato de Fernando VII fue encargado por el Consejo Municipal de Santander tras el cautiverio del Fernando VII en Valençay (Francia). La intención era que fuera colocado en la Sala Consistorial. Y allí permaneció hasta la muerte del rey, acontecida en el año 1833. Más tarde, este retrato salido de los pinceles del genio de Fuendetodos quedó relegado al olvido durante un tiempo para pasar finalmente a engrosar los fondos del Museo Municipal, actual MAS. Antes de viajar a Asturias estaba en un almacén a causa del incendio que afectó al centro cántabro en 2017.