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Guerra al oricio en Bañugues

Polémica en torno al festival gozoniego: unos piden anular, el Alcalde delega y la organización insiste en que "no pasa nada"

Esther García, con parte del material que se venderá este fin de semana en el Festival del Oricio. RICARDO SOLÍS

El Festival del Oricio de Bañugues arranca hoy rodeado de inquietud y de cierta polémica. Numerosos vecinos han pedido la paralización del certamen al entender que "tras las últimas informaciones sobre el coronavirus hay que tener cuidado, es un riesgo que tengamos un evento de este tipo a los pies de nuestras casas". Se muestran preocupados por su celebración. Pero desde la organización del festival gastronómico que impulsa la Asociación de Vecinos "El Pico" de Bañugues insiste en que el evento seguirá adelante. "No vamos a suspender nada, se está exagerando todo, es una carpa al aire libre, no pasa nada", comenta Esther García, presidenta de la asociación gozoniega.

Los organizadores han adquirido 2.500 kilos de oricios para esta celebración, que comenzaron a llegar ayer procedentes de Galicia. Todo está en marcha. "Será la única actividad que esté abierta, espero que la gente no tenga miedo y venga porque no es para tanto", sostiene Esther García. La capacidad de la carpa ronda el millar de personas, aunque aseguran que "en ningún momento se van a juntar mil personas a la vez, vendrán de forma escalonada".

Por su parte, el Ayuntamiento de Gozón, entiende que no puede tomar cartas en el asunto, aunque sí lanza una recomendación. "Si se hubiera celebrado en un recinto municipal lo hubiéramos suspendido, pero es una actividad privada y son ellos quienes deben de decidir si seguir las recomendaciones de los expertos o no", explica el Alcalde de Gozón, Jorge Suárez, quien delega en los impulsores del festival la decisión final.

Con esta polémica y el contexto de pandemia global, las dudas se han instalado en Bañugues ante lo que consideran un "evento peligroso a día de hoy que es evitable y se puede posponer o celebrar de otra forma", señalan los vecinos. Hoy, en una carpa junto a la playa gozoniega marcará el punto de inicio de la trigesimoctava edición de un festival cargado de polémica y debate. Era la comidilla de ayer en la localidad, donde prácticamente todos coinciden. "Habría que suspenderlo, es un asunto grave", comenta Rubén Morales, secundado por varios amigos. Salvo giro inesperado, los oricios estarán presentes en Bañugues hasta el domingo.

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