Los vecinos de Cangas de Onís y de Villaviciosa pueden ser un ejemplo de lo que se debe hacer de aquí al 29 de marzo: quedarse en casa salvo que sea estrictamente necesario salir. Por mucho que cueste. En Cangas de Onís a más de uno le dolió ver ayer vacíos, completamente, los soportales del edificio conocido como Palaciu Pintu, donde se celebra el mercado dominical. Otro tanto sucedió en Villaviciosa. Ya cercana la medianoche del sábado las calles de la capital manzanera estaban desiertas. Y así amanecieron ayer. Pocas personas se pudieron ver en toda la mañana. Coches con cuentagotas. Los maliayeses se volcaron, además, aplaudiendo a los sanitarios.