Los cinco mil bachilleres que este año se enfrentan a la prueba de acceso a la Universidad, la EBAU, están agobiados, preocupados y, en algunos casos, hasta cabreados. Las diferencias entre la enseñanza pública y concertada se agudizan en la preparación a distancia de un examen para el que todavía no hay nueva fecha. El Gobierno de Pedro Sánchez tomó el martes la decisión de aplazarlo pero sin concretar hasta cuándo. Los estudiantes piden a los dirigentes políticos que tomen "la mejor decisión" y que ésta no altere demasiado su merecido descanso veraniego. Entre tanto, todos ellos intentan "no perder la rutina": madrugan como si fuesen al instituto, se marcan un horario fijo, hacen trabajos y estudian, se toman un respiro para hacer deporte... Pero sin salir de casa. La cuarentena se les hace "cuesta arriba" y aún están en el inicio. "Ahora todo depende de nuestra fuerza de voluntad", reconocen.

Estos son los testimonios de siete estudiantes asturianos.

Pablo del Rivero Gómez, de Las Vegas (Corvera), dice estar "bastante agobiado". Las plataformas digitales fallan, algunos compañeros de clase tienen dificultades para conectarse, no están avanzando en el temario? "Al ser un centro público (el IES Los Campos), no tenemos todos los recursos", lamenta este joven de 17 años. Y, encima, todavía no hay fecha para la EBAU. "Hay un gran vacío, no sabemos cuándo se va a celebrar la prueba y, sobre todo, nos preocupa para cuándo se fijará la segunda convocatoria, que estaba prevista para principios de julio", apunta. Todo ello tendrá consecuencias directas en las vacaciones de verano. El corverano, que quiere hacer Historia, sigue yendo a clases particulares, pero por videollamada.

En el instituto de Los Campos también estudia Eva Campos Muñoz, de 18 años, que hace el mismo análisis que su compañero: "No estamos avanzando en las materias como se debería". La alumna corverana cree que partirán con "bastante desventaja" en la prueba de acceso a la Universidad, pues la preparación depende hoy "de nuestro trabajo y fuerza de voluntad". "Sigo madrugando para hacer trabajos, mirar exámenes de otros años, estudiar y avanzar temario, pero esto último es difícil en ciertas asignaturas como Matemáticas", cuenta. Campos, que quiere matricularse en Psicología, opina que a estas alturas del curso acortar temario del examen es "complicado".

Más tajante es la avilesina Maeba Gutiérrez Sánchez, de 17 años. La alumna del instituto Virgen de la Luz ve una "solución imposible" la reducción de temario -"a estas alturas sería imposible hacerlo de una forma justa"- y aboga por suspender la prueba, de forma que cuente la nota media del Bachillerato para acceder a la Universidad. Sin embargo, eso no entra dentro de los planes del Gobierno. "La preparación desde casa está siendo muy desorganizada. Esta situación ha pillado a los profesores por sorpresa: unos utilizan Educastur, que funciona fatal, otros el correo electrónico? Lo estamos haciendo como podemos y en desventaja con los centros privados", indica Gutiérrez, que quiere cursar Trabajo Social.

A un colegio concertado, en concreto a las Teresianas, pertenece Alba González Mejido, ovetense de 17 años y que estudia duro para entrar en Psicología. La alumna se muestra "preocupada" por no tener clases presenciales, ya que considera que preparar la EBAU a distancia es "más difícil". "Nosotros mismos desde casa tenemos ahora la obligación de organizarnos y estudiar todos los días. Y realmente eso no suele pasar", opina. Sus profesores hacen lo que pueden: le mandan tareas diarias, se ofrecen a responder todas sus dudas y algunos incluso dan clases por videollamada. González sostiene que no tiene sentido fijar ya una nueva fecha para el examen cuando "todavía no sabemos si esto va a ir para largo o no". No obstante, reconoce que el retraso de la prueba afecta a muchos de sus compañeros que ya tenían planeadas las vacaciones de verano.

A Elena Ferrer Martínez, ovetense de 18 años, el estudio se le está haciendo "cuesta arriba". "Después de pasar tanto tiempo metida en casa, la cabeza ya empieza a aturullarse y, encima como sueles estar pendiente de las noticias, concentrarse es más difícil", confiesa. A través de la aplicación Google Classroom, los profesores le envían tareas y hasta le piden que envíe fotos para comprobar que está trabajando. Ferrer, qué aún está pensando en qué grado matricularse aunque seguramente se decante por Ingeniería Química, dice que ahora mismo la EBAU "parece estar muy lejos". "Ando pendiente pero no demasiado preocupada. Aún así, sé que cuando todo esto del coronavirus pase volverá a ser mi prioridad, yo solo espero que se tome la mejor decisión y a ser posible hacerla cuanto antes para no tener que estudiar durante el verano", pide.

Para María Tejada González, ovetense de 17 años, conseguir una buena nota en la EBAU es fundamental: quiere matricularse el próximo curso en Medicina. Para conseguirlo, se ha marcado un horario de estudio semanal, que intenta cumplir a rajatabla. Además de la ayuda de profesores, cuenta con el apoyo de sus dos hermanos mayores, también estudiantes de Medicina. "La verdad es que nos están dando muchísimo trabajo, nos piden que intentemos no arrastrar nada de un día para otro", asegura. Tejada, alumna de las Teresianas, cree que ni ella ni sus compañeros parten con desventaja en el examen. "Todo lo contrario -aclara-. Los profesores se están desviviendo: mandamos un correo a y diez y nos contestan a y cuarto. Estamos avanzando, pienso que nos dará tiempo acabar el curso en la fecha prevista". Esta semana, la joven ovetense tuvo un control de Francés y mañana tendrá otro de Historia. "No cuentan para nota, pero nos ponen un tiempo límite, de forma que si no te sabes el temario, no te da tiempo a hacerlo", apunta.

A Cristina Vigil Piñera, de 18 años, también le gustaría estudiar Medicina. Cuenta que, de momento, lleva "bien" la preparación de la EBAU desde casa: "Trato de no perder parte de la rutina, madrugando, realizando todo el trabajo que nos mandan y, sobre todo, compatibilizándolo con ejercicio en casa". Vigil tiene contacto diario con sus profesores, a quienes agradece "la cercanía con la que nos escriben, dejándonos claro que están a nuestra disposición para cualquier duda, tanto académica como psicológica o personal". Sin embargo, la alumna de la Teresianas está molesta con que el Gobierno haya decidido aplazar la prueba sin concretar una fecha. "Después de 6 meses estudiando muchísimo a un ritmo muy acelerado, que te informen de que se aplaza la EBAU, te recortan las vacaciones y que encima te manden más trabajo del que hacíamos en clase, te desmotiva bastante", lamenta.

Cristina Vigil aboga por una reducción del temario, aunque reconoce que las diferencias entre comunidades dificultan tomar esta medida. "Si todos tuviésemos la misma materia, siguiésemos el mismo ritmo y el mismo orden, en una situación así se podría quitar fácilmente una parte de la materia sin que fuese un caos", agrega.