La solidaridad asturiana no entiende ni de distancias ni de profesiones. El peluquero Manuel Mon se ha sumado a la causa sanitaria con la entrega al centro de salud de La Ería (Oviedo) de más de 300 mascarillas y batas hechas con material de sus propios establecimientos. Y desde Hong Kong llegarán otras 10.500 mascarillas gracias a la generosidad de la diáspora asturiana asentada en la zona.

Se espera que el material donado por el Centro Asturiano de Hong Kong llegue en un plazo de dos días al Principado. Isabel Fueyo, una de las asturianas residentes allí que han promovido la iniciativa, cuenta que la idea surgió el pasado fin de semana. "Nos pusimos las pilas, dijimos que había que hacer algo, y decidimos enviarlas al HUCA. El sábado nos pusimos a coordinar, y tuvimos donantes muy generosos. Fuimos a comprar las mascarillas a las tiendas y conseguimos las 10.500 que ya hemos enviado", explica. La intención es mandar más en los próximos días. "Ves las cosas con impotencia porque la gente te lo está diciendo; y es lo mínimo que se puede hacer", señala Fueyo, que asegura que en Hong Kong "la mascarilla ha funcionado muy bien". La región administrativa sufrió en 2003 por el SARS, una enfermedad más virulenta que el Covid-19 y con un índice de mortalidad más elevado, y la gente aprendió la lección: "Por defecto, cuando la gente se pone enferma, se pone una mascarilla. En el momento en el que estalló esto en China, la gente se alertó y lo primero que hizo fue ir a comprar mascarillas".

Fábrica improvisada

El peluquero ovetense Manuel Mon ha montado una pequeña fábrica de equipos de protección improvisada, usando material de su propio negocio como toallas desechables de celulosa. La hermana del estilista, Mónica Mon, confecciona batas y mascarillas en su casa con una máquina de coser. Desde que cerrase sus dos locales forzosamente, el propietario se dio cuenta de que el stock de usar y tirar podría servir para abastecer a los centros sanitarios durante el estado de alarma. "Mi pareja es doctor en Bioquímica y trabaja haciendo análisis clínicos. Me explicó cómo eran las mascarillas y que quizás la celulosa de las toallas de lavar cabezas podría servir. Soy consciente de que no están homologadas, pero mejor que taparse la boca con una bufanda o un pañuelo, son. Mi hermana las hace de doble capa", cuenta el peluquero. Una clienta médico le ayudó después a buscar el lugar idóneo para donar las mascarillas y las batas. A los pocos días recibió una llamada del HUCA diciéndole que donde más falta hacía el material era en el centro de salud de La Lila y en el de La Ería. Mon, reconocido en 2017 con el premio al Peluquero Español del año y finalista en la categoría de Vanguardia de los premios Fígaro, delegó la entrega del material en un empleado de confianza, Sergio García, porque él es persona de riesgo. Aun así, está al pie del cañón con su iniciativa solidaria, que también le ha llevado a donar mascarillas para la plantilla de un supermercado de Oviedo.