Asturias presume de ser la principal mancha quesera de Europa, pero el consumo de queso en los hogares es uno de los más bajos de España. La tendencia continúa en estos momentos de epidemia y repercute en la delicada situación que viven los productores asturianos, con numerosos excedentes en las empresas por el parón de la hostelería y el cierre de las exportaciones.

"En Asturias las ventas de queso en tiendas a los hogares son muy bajas, y eso nos perjudica de manera especial ahora, con los restaurantes cerrados y los envíos al exterior bloqueados", indica Pascual Cabaño, propietario de la quesería Rey Silo, con las cámaras de afinado repletas de piezas de queso que no encuentran comprador. "El 95% de la producción la mandamos fuera y esto nos ha pillado preparando mercancía para la Semana Santa; en febrero ya nos cancelaron pedidos en Estados Unidos y posteriormente de Inglaterra y Alemania", explica Cabaño, que alaba la actuación del IDEPA y en especial de su directora, Eva Pando, y de su equipo. "Están poniendo todos los medios para ayudarnos", indica. Los queseros también apelan a la comprensión de los bancos. "Esperamos que las entidades financieras sean sensibles; les hemos pedido un periodo de carencia", añade el empresario.

La situación se ceba, además, con los ganaderos, que dejan de entregar leche a las queserías, tal como señalan desde la organización agraria ASAJA. Empresas lácteas como Central Lechera y Reny Picot están haciendo un esfuerzo por recoger esa leche sobrante, como indican las mismas fuentes.

Invernaderos y flores

El sector de los invernaderos y de la flor cortada también padece el freno de la demanda hostelera, en el primer caso, y del cierre de las floristerías y el cese de los encargos, en el segundo.

Las verduras y hortalizas, con rápida fecha de caducidad, no encuentran salida y parte de la producción se queda en las explotaciones. En las flores la situación es aún peor, al no ser consideradas un bien necesario en estos momentos.