En Asturias hay actualmente más de 110.000 niños menores de 14 años que, salvo en casos excepcionales, no pueden salir a la calle por las medidas de confinamiento derivadas de la pandemia de coronavirus. Marcelino García-Noriega, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Valle del Nalón, es partidario de revisar las restricciones para que los menores, con las medidas de control adecuadas, puedan salir de sus casas.
- ¿Cómo está afectando la epidemia a los niños?
-Se está viendo que tiene un menor impacto sobre ellos. Y también, por los datos que manejamos en el área sanitaria del Nalón, no creo que sean especialmente transmisores, como sí puede pasar con otras enfermedades como la gripe. De todas las pruebas que hemos realizado desde hace semanas a niños, tanto a aquellos con clínicas respiratorias como a los que estaban sanos, ninguna ha dado positivo en coronavirus.
- ¿La reclusión está afectando más a algún grupo como los menores con hiperactividad?
-Se han tenido que ajustar algunos tratamientos farmacológicos, pero no para aumentar dosis, sino por problemas logísticos para que llegue algún fármaco en concreto. Se está pidiendo que se deje salir a la calle a algunos niños por trastornos conductuales, pero creo que nos olvidamos del tema motórico. Creo que, con los controles adecuados y haciendo que los padres se responsabilicen de ello, se debería dejar salir a los niños de casa. En unas horas y en unos espacios determinados. No voy a decir que se le ponga una mascarilla a un bebé de un año, porque se la va a quitar, pero se le puede dejar en el carrito. Y a los más mayores ponerles mascarilla y guantes.
- ¿Les puede afectar la falta de sol?, ¿habría que administrarles más vitamina D?
-En Asturias, con lo que ahora ya está pautado hasta una determinada edad, está bien. Otra cosa son las comunidades autónomas que tienen más sol y que sí pueden notar más tesa pérdida.
- ¿Puede dejar el confinamiento secuelas de algún tipo en los menores? ¿Les puede afectar no relacionarse con otros niños?
-Hay incertidumbres porque no habíamos vivido nada igual. Los niños pequeños tienen una concepción más difusa del tiempo. Perciben que ha habido un cambio porque ahora pasan más tiempo con sus padres, pero les cuesta ubicar eso temporalmente. Seguramente estén encantados de estar tanto con su padres y sea más problemática la vuelta a la rutina por la ansiedad de separación. Es muy importante que los padres se muestren fuertes y positivos porque su actitud se transmite a los hijos.
