Los test ultrarrápidos para la detección de positivos por coronavirus entre el personal sanitario brillan por su ausencia en Asturias. Desde que comenzó la crisis sanitaria, y especialmente en las últimas jornadas, los profesionales de los hospitales asturianos que tienen un contacto estrecho con los infectados están siendo sometidos a la prueba tradicional, la conocida por PCR, por sus siglas en inglés.

Ambas técnicas se diferencian principalmente en dos aspectos. En primer lugar, el tiempo: los test ultrarrápidos permiten conocer en quince minutos si una persona está o no infectada, mientras que la prueba convencional tarda unas tres horas. La otra diferencia se encuentra en la elevada tasa de falsos negativos que arroja la versión exprés, frente a la seguridad de la PCR. De ahí de que existan dudas entre los profesionales acerca de si las pruebas ultrarrápidas son realmente las más adecuadas para aplicárselas a ellos, habida cuenta del alto riesgo de contagio a pacientes o a compañeros que puede acarrear un resultado negativo que esté equivocado. Máxime cuando, en palabras del consejero de Salud, Pablo Fernández, el laboratorio de virología del HUCA todavía tiene capacidad para analizar un mayor número de muestras por el sistema PCR (en el momento actual analiza a diario unas 600 y lleva más de 6.900).

La ventaja de los ultrarrápidos se basaría, en Asturias, en la posibilidad que brindan para adoptar decisiones importantes en minutos. La previsión del Principado es recibir el primer lote esta semana.