Grado, la "zona cero" de las residencias de mayores de Asturias que ha registrado el mayor brote, con 20 muertos, empieza a ver la luz. El Principado confirmó ayer la curación de 43 de sus residentes, en una jornada en la que, además, no hubo que lamentar ningún fallecimiento en el geriátrico moscón. Al fin una buena noticia, después de tres semanas marcadas por el luto.

El Servicio de Vigilancia Epidemiológica y la Consejería de Derechos Sociales constataron la recuperación de 32 mujeres y 11 hombres, con edades comprendidas entre los 62 y los 99 años, que se suman a las tres altas que recibieron otros tres residentes que habían sido hospitalizados en el HUCA debido a sus cuadros clínicos. Según los datos facilitados por las autoridades sociosanitarias, en los centros hospitalarios hay actualmente cuatro personas procedentes de la residencia de Grado, que han resultado positivas en coronavirus, mientras que otras tres personas mayores, con sintomatología leve han dado positivo en COVID-19 y continuarán en la residencia de Grado, ya que su estado clínico no requiere ingreso hospitalario. Otras cuatro están pendientes de resultado. Todos los test realizados son PCR (siglas en inglés de "reacción en cadena de la polimerasa"), por lo que el análisis de la muestra se lleva a cabo en el laboratorio del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

La residencia de Grado ha sido, hasta ahora, la más castigada por un brote de coronavirus, que fue declarado el pasado 20 de marzo, cinco días después de confirmarse el primer caso positivo. En este geriátrico trabajaba un profesional que días antes ya había comunicado que podía estar contagiado, pues había tenido contacto con personal del Masaveu, uno de los focos más virulentos en los primeros días del coronavirus en Asturias y donde se registró la primera víctima mortal.

La de Grado fue la primera residencia de mayores medicalizada en Asturias, tras la confirmación de dicho brote. Esa decisión supuso ampliar la plantilla de enfermeras hasta alcanzar las 17. También se reforzó la dotación de servicios e instrumental de apoyo con el objetivo de incrementar la seguridad de profesionales y residentes. Además, la empresa Tragsa llevó a cabo la desinfección e higienización de las instalaciones.

"Lamentablemente, la virulencia del virus y la vulnerabilidad de las personas mayores ha derivado en el fallecimiento de veinte personas en Grado, a cuyas familias, amigos y cuidadores queremos trasladar nuestro pésame y cariño más profundo", declaraba la consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Melania Álvarez. "Hoy, con estas 43 curaciones, nos sentimos esperanzados. Este hecho demuestra que las personas mayores pueden recuperarse de la infección. También es un ejemplo de la implicación y dedicación sin descanso de toda la plantilla del centro", destacó Melania Álvarez. Tras la confirmación de estas recuperaciones, el centro ha permitido que una de las residentes, cuyo resultado en la prueba ha sido negativo, se desplace a casa de su familia, tal y como había solicitado. Por su parte, la gerente del ERA, Ana María Suárez, quiso agradecer "la fortaleza, valentía y paciencia infinitas" de toda la comunidad implicada: los trabajadores de la residencia, su director, el responsable asistencial del Sespa contratado para coordinar el centro, los residentes y las familias.

Casi 500 positivos

Las estadísticas que cada día facilita la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar dieron cuenta ayer de cinco nuevas víctimas mortales, una en la residencia Palacio de El Villar de Piedras Blancas (Castrillón) y las cuatro restantes en geriátricos de la red privada. El aumento de test en los centros sociosanitarios permite constatar también un incremento en los casos positivos, que ya son 489, de los que 340 son mayores residentes y los 149 restantes, trabajadores.