"No hay un minuto más que perder: la crisis en Asturias (por el COVID-19) no está en las UCI, sino en las residencias", sostiene un documento interno de Podemos Asturies al que ha tenido acceso este periódico. La formación morada considera que la gestión del Principado de las residencias públicas del ERA ha tenido bastantes sombras y recalca que ya advirtió al Ejecutivo desde mediados de marzo de que debía prestarse toda la atención a estos centros.

Así, el 19 de marzo, Podemos advertía de las "medidas urgentes" que debían a su juicio aplicarse en el ERA "de forma inmediata". La primera, que se realizasen test a todas las personas sintomáticas de las residencias y, además, a todas las personas del entorno de esos pacientes. El objetivo que Podemos Asturies trasladó al Ejecutivo era "que se efectuasen test a todos los profesionales y residentes de los centros del ERA con casos" de COVID-19. Además, planteaba que se aislase a los residentes positivos "no en la misma residencia, sino en un espacio habilitado al efecto, con personal específico para ellos". "Quienes trabajan con los positivos no pueden ser los mismos que trabajan con el resto de residentes", aseguraba Podemos. Por aquel entonces, según la formación, en algunas residencias aún se llevaba a residentes a las salas comunes e incluso comían "juntos en los comedores".

Podemos recibió aquellos días información procedente de residencias privadas que trasladaban dificultades para ponerse en contacto con la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar". Entonces, los morados pedían extender a las residencias privadas las medidas, "con una supervisión estrecha de las autoridades sanitarias y asegurando la absoluta transparencia ante los casos". También en aquellas fechas, Podemos Asturies detectó problemas en la ayuda a domicilio, con "trabajadoras que están usando la misma bata en cada domicilio, sin mascarillas y sin poder mantener una distancia de seguridad". Ante todo ello, la formación planteó el uso de material desechable y el control mediante test a los trabajadores del servicio.

Dos días después, el 21 de marzo, Podemos ya instó al Gobierno a que extendiese progresivamente los test a todos los residentes y profesionales de las residencias de ancianos, con independencia de que hubiese positivos, y que aumentase el número de laboratorios en los que se realizan las pruebas para así elevar la capacidad de diagnóstico.

Los podemistas destacan que "se han realizado esfuerzos extraordinarios" para luchar contra la pandemia, pero "si hacemos todos esos sacrificios para salvar vidas, tendríamos que analizar dónde estamos fallando antes de que sea tarde". A 11 de abril, la mitad de los fallecidos por COVID-19 en Asturias se habían producido en residencias de mayores, y la formación advierte de que en los últimos días se percibe "un dramático incremento de contagios y fallecimientos" en las residencias privadas y concertadas.

Tres son a juicio de Podemos los elementos que convierten las residencias de mayores en "un punto crítico". Primero, la elevada tasa de mortalidad de la enfermedad entre la población mayor; segundo, el modelo residencial, "donde la aglomeración de personas mayores y baja ratio de trabajadoras por residente dificulta el cuidado personalizado y favorece los contagios".

El tercer factor, "decisivo" según los morados, es que "cuando se descubre un caso de COVID-19 en una residencia, las medidas que se están tomando son insuficientes dado que "no se está aislando a los residentes contagiados -que muchas veces tampoco son atendidos por personal específico-, hay carencia todavía de adecuados equipos de protección y no se realizan test a todos los residentes y profesionales, con o sin síntomas".

Podemos considera clave esta cuestión, porque "en muchos centros, durante semanas, las pruebas solo se han realizado a residentes con síntomas (salvo donde se detectaban focos masivos y se medicalizaba el centro)". Pero, recalca la formación, existe la evidencia científica de que un alto porcentaje de los asintomáticos contagian el virus ("al menos el 20%") y, además, según los geriatras un alto número de ancianos positivos cuentan con síntomas atípicos. "Si tras el primer contagio no se han realizado test a todos los residentes y profesionales, ni se ha aislado adecuadamente a los positivos, las personas asintomáticas diseminan los contagios convirtiendo un positivo en decenas de ellos", sostiene Podemos.