La nueva normalidad ha llegado al "triángulo del arte" de Madrid. El Prado, el Reina Sofía y el Thyssen abrieron ayer sus puertas a un nuevo capítulo de su vida: menos visitantes, todos con mascarillas, más medidas de seguridad y también menos estrés y agobio para ver sus obras maestras.

Todos han reabierto con un tercio de su aforo, y en el caso del Reina Sofía y del Prado solo sus salas más representativas. A este último, que recibía una media de 9.000 personas al día, ahora lo visitarán como máximo 1.800.

La gran pinacoteca nacional ha escenificado la reapertura con una pequeña ceremonia que sirvió de presentación a una exposición histórica que reúne sus piezas maestras en una pocas salas. A primera hora, el visitante número uno, Raúl; el Ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes; y el presidente de su patronato, Javier Solana, han desplegado una pancarta con el lema "Reencuentro" en la Puerta de Goya, la única por la que se podrá entrar. Dentro, un quinteto de cuerda de la Orcam ha interpretado "El himno de la Alegría" en la sala de Las Meninas.

En el Thyssen la cola a primera hora daba la vuelta al edifico y subía por la calle del Congreso, la Carrera de San Jerónimo, pero se ha despejado rápido con la apertura de puertas. y dentro del Reina Sofía, uno de los que ha sentido especialmente la nueva situación es el "Guernica". Se acabaron las aglomeraciones para ver la obra maestra de Picasso y principal reclamo del museo: solo pueden verlo treinta personas a la vez.