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MARTÍN ALMAGRO GORBEA | ANTICUARIO DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

"Wenceslao Roces lideró el expolio en 1936 del Museo Arqueológico Nacional"

"Aquellas monedas nunca volvieron al mercado, lo que es indicio de que han sido fundidas"

Martín Almagro. CASA DE AMÉRICA

Un grupo de milicianos armados, encabezados por el asturiano Wenceslao Roces, procedió, el 4 de noviembre de 1936, a incautar 2.800 monedas de las colecciones del Museo Arqueológico Nacional, en Madrid. Un tesoro numismático que, 84 años después, permanece en paradero desconocido. Martín Almagro Gorbea, arqueólogo y anticuario perpetuo de la Real Academia de la Historia, es uno de los mayores expertos en el estudio de aquella controvertida incautación.

- ¿Cuál fue, en su opinión, la participación de Wenceslao Roces en aquella incautación?

-Wenceslao Roces, junto a otros hombres, se presenta allí y obliga a ir sacando las monedas del Arqueológico Nacional para llevárselas a Valencia, y como es una orden perentoria, no tienen más remedio que obedecer. En mi opinión, que creo que no es una impresión partidista, simplemente me baso en el análisis de los acontecimientos, lo que se hizo fue un verdadero expolio para beneficio particular porque ahí no había nada de verdadera política. Formalmente fue una incautación, pero realmente era un expolio, y pongo un ejemplo: para una incautación se lleva un listado de lo que se lleva. Pero allí no, simplemente los echaban en la gorra de los soldados, y de ahí a unas cajas. Lo único que les interesaba era el peso.

- ¿Cuál fue la reacción de los funcionarios del museo?

-Los funcionarios, que eran profesionales independientes, veían que aquello era un auténtico latrocinio, pero no tuvieron opciones. Les llamaron allí a hacer el trabajo bajo unas lámparas me imagino que no muy potentes, que ayudaron a que Felipe Mateu y Llopis y el resto de la plantilla pudieran esconder varias de las monedas. Como hizo Felipa Niño, que se escondió varias monedas en sus prendas interiores y cuando podía las dejaba resbalar por la falda y las escondía debajo de un mueble. Y así consiguió salvar varias piezas únicas en el mundo, que de otra forma se hubieran fundido.

- Se cree que las monedas pudieron llegar a México a bordo del yate "Vita". ¿Suscribe usted esta teoría?

-No existe documentación directa de a dónde fue a parar este tesoro numismático, pero sí hay indicios suficientemente significativos para determinar la finalidad que tuvo uno de los tesoros numismáticos más importantes del mundo: acabó en manos de los dirigentes de la Segunda República Española, lo que constituye una de las páginas más vergonzosas de la Historia de España. Según noticias orales que hemos podido recoger personalmente en México, en algunas tiendas de numismática de esta ciudad, aparecían a la venta durante algunos años monedas de oro españolas raras de tipos que nunca habían podido circular por México, lo que hacía sospechar que procediera del tesoro incautado en el Museo Arqueológico Nacional. Pero al no haberse identificado ninguna como procedente de esa institución, parece más lógico atribuirlas a otras colecciones llegadas a México con el "Vita" o por otras vías, por lo que del tesoro numismático del Museo Arqueológico Nacional no ha vuelto a tenerse noticias.

- ¿Se fundieron entonces las monedas incautadas?

-Las monedas normalmente se reciclan cada 20-25 años salvo las que están en colecciones públicas, porque es lo que tarda un coleccionista en fallecer o en querer recuperar el dinero invertido, y así vuelven a salir al mercado. Han pasado 75 años y no han salido al mercado. Eso es evidencia de que han sido fundidas. Además, tenemos algún testimonio porque hubo un accidente cuando estaban fundiendo no sabemos qué; es decir, se dedicaban a fundir las monedas, lo que es de una bajeza cultural increíble, porque al fundirlas pasaban a tener una centeava parte, o incluso menos, de su valor. No ha aparecido ninguna documentación sobre estas monedas de oro, lo que impide saber qué ocurrió realmente con ellas, pero desde hace años, se comenta que las monedas habían sido fundidas con joyas.

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