La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

LOS HÉROES DE LA PANDEMIA, EN PRIMER PLANO

Puedes caer, pero levántate

Santiago Melón, jefe de Virología del HUCA: "Detrás de una muestra hay una persona que lo pasa mal, y es importantísima"

Santiago Melón. MUEL DE DIOS

Santiago Melón, jefe de sección de Virología del HUCA, se va a Namibia. Lo necesita. Una inyección de vida salvaje para alejarse del frenesí. Todo empezó envuelto en "inquietud cuando apareció el nuevo virus, ¿qué pasaba con este bicho que estaba matando a tanta gente en China, cómo diseñar en el laboratorio un sistema de diagnóstico eficaz? Cuando la cosa fue creciendo, dijimos: espera que esto es serio, hay que ponerlo en marcha sin protocolos ni nada. Empezamos a meter en las muestras respiratorias de febrero el sistema para diagnosticar a ver si funcionaba. O no".

Y llegó una fase de reinvención continua: "Empezaban a llegar mogollón de muestras, faltaban reactivos y teníamos que hacer todo tipo de ingenios para que se siguiera funcionando... De 300 muestras a 700, a 1.000, a 1.200... ¡Y estamos en 2.000! Si me lo llegas a decir hace meses te llamo loco. Reorganización permanente. Lo que más valoro fue el grupo de trabajo, la gente respondió como una campeona. Ese trabajo de equipo se agradece, estás como rata de laboratorio buscando cosillas pero con un equipo detrás defendiéndolo todo". En los momentos malos, cuando España aún no sabía bien lo que pasaba, "nosotros ya hacíamos PCR sin problema, y cuando llegaron las carestías hacíamos nuestros sistemas para que no nos pasara eso. Llegamos a repartir el medio para recoger la muestra. Cuando se estropeaba algún aparato había una ansiedad terrible pero salió bastante bien".

Y la presión del drama, la opresión del dolor alrededor: "Sobre todo porque había que hacer un diagnóstico bien y rápido para saber dónde está el foco y atajarlo. No puedes dar el resultado tres días después. Cuando bajó la curva, otro momento de ansiedad. Se lo decía a la gente del laboratorio: somos más importantes ahora. Cuando hay mucho virus aunque pierdas el uno por ciento lo acabas recuperando. Cuando hay muy pocos tienes que cogerlos y no perder positivos".

No puedes fallar. No te lo planteas pero lo sabes: no puedes desfallecer: "Hay momentos para tirar la toalla, por favor que pare esto, pero sabes que hay mucha gente detrás, hay que levantarse como sea. El dicho ruso: permitido caer, obligatorio levantarse". Un sábado de guardia: llega el primer positivo. Y más. Y más: "Y sientes alivio porque ves que el sistema funciona. ¡Uf!". Cómo olvidar los momentos con los profesionales de urgencias, "ver cómo ellos se fiaban de lo que decíamos. Presión y satisfacción unidas". No eran solo cifras: "Cualquiera podía ser nuestro padre, nuestra hermana. Detrás de una muestra, hay una persona que lo pasa mal y es importantísima".

Este es un virus "travieso pero no cabrón. Con otros despídete. Con este, el 90 por ciento sale adelante. Hay que buscar solución para los grupos más vulnerables, claro. Pero tengamos esperanza". Está cansado. Mucho: "Y me voy tres semanas a ver mundo".

Namibia en el horizonte: "Hay sitios sin cobertura telefónica". Si no es el paraíso se le parece mucho.

Compartir el artículo

stats