Quienes se interesan por los nuevos artistas asturianos, por los creadores menores de 35 años, tienen en la Muestra de Artes Plásticas del Principado una ineludible galería. La trigésima edición de esta cita, que convoca cada año el Instituto Asturiano de la Juventud, ha propiciado una exposición en la que, tal y como señaló su comisario, el crítico de arte y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Luis Feás Costilla, caben las coincidencias entre los siete creadores seleccionados: “Revela la estricta actualidad de lo que hacen los artistas jóvenes”.

La sala 1 del Centro Antiguo Instituto, en Gijón, es el lugar elegido para la cuarta exposición de una muestra que reúne trabajos de Elisa Cuesta (Soto del Barco, 1992), última premiada con el “Asturias Joven de Artes Plásticas”; Mon Cabrales (Llanes, 1984); Dela Delos (Oviedo, 1992); Juan Falcón (Oviedo, 1985); Jorge Fernández Valdés (Pola de Siero, 1990); Noemí Iglesias (Langreo, 1987) y Nacho Izkierdo (Oviedo, 1995).Acompañarom ayer a Luis Feás la directora general de Juventud del Principado, Clara Sierra Caballero, y el director del Fundación Municipal de Cultura de Gijón, Miguel Barrero.

Para el comisario de esta edición de la Muestra -una de las que mejor ha sabido resistir, junto a la de Madrid, los embates políticos y presupuestarios que suelen hacer naufragar este tipo de convocatorias-, cabe hablar de un hilo conductor entre esos siete artistas seleccionados: “El nexo es un arte basado en los datos, en la sobreexposición a los medios”. En opinión de Luis Feás, esa concordancia de fondo es evidente pese a la diversidad de estilos, disciplinas o puntos de vista.

La llamada “huella digital” está presente por ejemplo, y con mucha coherencia, en los trabajos de Elisa Cuesta, que ya ganó el año pasado el premio “LAB Joven-Los Bragales”. La relación con los campos virtuales es notable, asimismo, en la obra que presenta Noemí Iglesias, que la tituló premonitoriamente “Cuarentena” antes de que las cuarentenas irrumpieran en nuestras vidas. La artista langreana ha relevado a Elisa Cuesta en el citado galardón que alienta el empresario Jaime Sordo.

Para Luis Feás, las conexiones y desconexiones entre el mundo analógico y el virtual (la invención de la obsolescencia, sin ir más lejos) es rastreable en los códigos artísticos de Juan Falcón. Y está la “virtalidad de los afectos” en las piezas de Delia Delos. Un mundo cercano a los de Cabrales, Fernández Valdés o Nacho Izkierdo.