La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

“Las vacunas son una puerta que se abre a la esperanza”

Los asturianos recién inmunizados contra el covid expresan su agradecimiento a los científicos que lo han hecho posible

Maribel Gala, Alberto Hernández y María Luz García.

Natalia Pérez Rodríguez, de 38 años, compartió ayer la alegría de su primera dosis de la vacuna del covid-19 con sus hijas. No tenía con quien dejarlas por la tarde y la acompañaron hasta el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). “Ya tenía ganas, por estar más segura. Mi marido es profesor y está vacunado desde mayo. Venía muy tranquila, sin ningún miedo. Pienso que si todos nos vacunamos los malos momentos de este año pasarán rápido”, contaba a la salida. Junto a ella, recién vacunada también, Leide Taiala Díaz Santiago, esperaba, como prescriben tras la inyección, hasta comprobar que no surgía ningún efecto adverso. “Tenía muchas expectativas. Después de lo que nos ha pasado, lo que hemos sufrido, que se han perdido muchas vidas, las vacunas son una puerta que se abre a la esperanza”, reflexionó en alto.

Eva Fernández y María Teresa Regueiro, a la salida del pabellón deportivo de Perchera, en Gijón.

Ni Natalia ni Leide conocían a los ganadores del premio “Princesa de Asturias” de Investigación Científica y Técnica, ni siquiera estaban al tanto del fallo del galardón, pero ambas agradecen profundamente su esfuerzo. También las pequeñas Mireia y Érika Salas Pérez, las hija de Natalia, de 10 y 6 años respectivamente, deseosas de vacunarse, como mamá, aunque saben que, por edad, aún no pueden hacerlo.

En Gijón, esperaban contentos y pacientes en su cola para vacunarse en el pabellón deportivo de Perchera Arturo Prado, electricista, y Ricardo Veiras, voluntario de Protección Civil. El de ayer fue su segundo y último pinchazo de Pfizer. Prado reconoce que su confinamiento fue “horrible”, aunque sabe que era “necesario”. No comprende “la nueva ola de conspiranoicos y negacionistas” que cuestionan la existencia del virus y la eficacia de las vacunas y considera el premio “Princesa de Asturias” a quienes las han hecho posibles “más que merecido”. Veiras repartió “tarjetas y ordenadores a los niños, para que pudiesen seguir las clases virtuales, cuando Gijón entero estaba desierto”, en pleno confinamiento.

Natalia Pérez Rodríguez, recién vacunada, en el HUCA, y con ella sus hijas Érika y Mireia Salas Pérez. | Irma Collín

Eva Fernández y María Teresa Regueiro, viejas conocidas, se toparon en Perchera por casualidad y salieron juntas con su segunda dosis. “Estar vacunada es una suerte porque en toda la pandemia pude ver muy poco a mi familia, que vive en el pueblo. Es una alegría”, reconoció Regueiro. Fernández espera que la campaña avance a buen ritmo y que pronto se vacune su hijo, de 15 años.

Los nombres de los siete investigadores galardonados con el premio “Princesa de Asturias” no les dicen nada a María Luz García Villaverde, Maribel Gala y Alberto Hernández, pero al saber lo que han hecho posible con las vacunas expresaron su agradecimiento y una reflexión en voz alta: “¡Qué injusto que gente tan talentosa sea desconocida para el gran público!”

Leide Taiala Díaz Santiago, en Oviedo.

Leide Taiala Díaz Santiago, en Oviedo.

Maribel Gala, María Luz García Villaverde y Alberto Hernández coincidieron ayer a la puerta del centro de vacunación de Los Canapés; la primera acababa de recibir la segunda dosis del suero y los otros dos, inmunizados en mayo y febrero respectivamente, habían quedado con ella allí. Los tres compartían la sensación de sentirse “más tranquilos” con la vacuna puesta y el mensaje de que, no obstante. “Ojalá aprendamos la lección y en el futuro los científicos tengan el reconocimiento que merecen: ellos sí que son imprescindibles”, deseó Maribel Gala.

Compartir el artículo

stats