En May December, Todd Haynes presenta un nuevo melodrama que juega esta vez con los elementos de su propia ficción: Natalie Portman interpreta a una actriz que se prepara para su papel entrevistándose con la mujer en quien se basa su personaje (Julianne Moore), conocida por el escándalo de haber comenzado años atrás una relación con un chico de trece años, ahora su marido.
Aunque no alcanza la complejidad de los éxitos recientes de Haynes, sigue siendo una película que continúa sus aprendizajes de Douglas Sirk que ya habían quedado sobradamente demostrados, consolidándose como uno de los escasos directores que llevan en la actualidad a buen puerto este tipo de propuestas.
También en competición se ha podido ver Anatomy of a Fall, que comienza como película de intriga y evoluciona hasta un drama judicial lastrado por la autocomplacencia.
En Cannes Classics se ha presentado el cortometraje póstumo de Jean-Luc Godard, Drôles de Guerres, acompañado de un documental sobre la figura del cineasta. El corto rompe con el estilo vídeo del que Godard llevaba presentando numerosas variaciones durante los últimos años, ahora mucho más reposado y con menos sobrecarga de información; en gran medida porque, como ya avisaba su título completo (“tráiler de una película que no existirá jamás”), es un esbozo de lo que podría haber llegado a ser un proyecto más desarrollado en la línea de sus Histoire(s) du cinéma.
Por otra parte, Michel Gondry ha regresado a la Quinzaine con una inventiva comedia que avanza poco a poco hacia el absurdo, centrada en un director de cine que lucha por mantener el control creativo de una película que él mismo es incapaz de ver por vergüenza.
En otra de las secciones paralelas del festival, Acid, se ha proyectado un documental llamado In the rearview que sigue a un grupo de refugiados ucranianos en un coche polaco. Casi una road movie documental, la película persigue la sencillez en su estructura y evita caer en sentimentalismos, resultando en una cercanía que la aleja de otros documentales más conceptuales de lo que llevamos de festival (como el Occupied City de McQueen) y lo acerca, de manera menos compleja en su planteamiento visual, al de Wang Bing.
