Los árboles generan electricidad, poca pero la suficiente como para abastecer unos sensores forestales que informen de la humedad y temperatura del bosque o alerten a una centralita en caso de incendio. La electricidad se genera debido a la diferencia de pH o acidez entre el propio árbol y el suelo y sirve para cargar una batería ubicada en las raíces del árbol. La batería suministra entonces la energía necesaria a los sensores ubicados en el tronco del mismo, los cuales envían información inalámbricamente cada seis horas o inmediatamente, en caso de detectar un incendio incipiente. De esta forma es posible actuar rápidamente, antes de que el fuego llegue a estar fuera de control. Esta tecnología ya es comercializada por la compañía Voltree Power.
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