A pesar de la sensación compartida de que el Villarreal abrumó al Sporting con su posesión, larga y bien administrada, la fría estadística demuestra que ambos equipos dispusieron del balón el mismo tiempo. Otra cosa, bien distinta, es lo que hicieron con él. Por mucho que insistan algunos teóricos, el fútbol nunca se podrá explicar a través de los números. Porque no todos los remates son iguales (el Sporting disparó más que el Villarreal), ni todos los minutos de posesión tienen el mismo valor. Desde un análisis estadístico, la gran diferencia entre Villarreal y el Sporting (además de la eficacia de sus disparos) fueron los balones perdidos. El Villarreal desperdició 40 pelotas más que los rojiblancos. Todas las demás partidas están equilibradas o se inclinan hacia los rojiblancos. El caso de los saques de esquina es escandaloso: doce del Sporting por sólo dos visitantes. El problema es la escasa productividad que obtuvieron los de Abelardo de esa docena de lanzamientos de córner.