"Soy un secretario técnico más completo de lo que lo era en mi etapa en el Sporting". Emilio de Dios (Gijón, 29-10-1971) se convirtió este verano en uno de los refuerzos del club que, en los últimos años, mejor ha explotado la política de fichajes: el Sevilla. El que fuera director deportivo rojiblanco es la mano derecha de Óscar Arias, máximo responsable de esta parcela en el club hispalense y exjugador del conjunto gijonés. Avisa del talento de un filial sevillista que ve en pleno crecimiento y espera ver pronto al Sporting en Primera.
- Usted que ve mucho fútbol, ¿cómo está viendo al Sporting?
-No sigo especialmente la Segunda División, pero siempre estoy pendiente del Sporting. Es un equipo que tiene una muy buena plantilla y debe adaptarse todavía a las ideas de su nuevo entrenador. Está configurado para hacer mucho daño arriba y se nota en los partidos. Irán creciendo.
- ¿Entiende las críticas al equipo?
-La afición del Sporting es exigente. Recuerdo mi cuarta temporada en Primera. El Molinón exigía jugar bien y puntos. Ahora, en Segunda, exigen que si la competición acaba mañana, el equipo esté en ascenso. Es lógico y bueno. Los futbolistas no deben perder el sentido de que están en un club grande. En Segunda hay catorce candidatos al ascenso, y por plantilla, afición y todo lo que rodea el club el objetivo es el de subir. Mi deseo es que ascienda.
- ¿Qué Sevilla Atlético se verá mañana en El Molinón?
-Los resultados no están siendo los que esperamos, pero es un equipo que va a ir en progresión y nos va a dar más alegrías que disgustos. El míster (Tevenet) está haciendo un trabajo excepcional en diferentes situaciones y posibilidades de juego. Veo trabajar a los futbolistas y están evolucionando.
- ¿Cómo se fraguó su llegada al Sevilla?
-Al final de la pasada campaña me llamó Óscar (Arias, director deportivo del Sevilla). Me dijo que iba a hacer una reestructuración en el área deportiva. Él pasaría a ser director deportivo, y buscaba una persona para el cargo de secretario técnico y responsable de fútbol élite. Me preguntó qué me parecía. Le dije que me parecía perfecto. Es un paso importantísimo para mí. Es un equipo cuyo objetivo ya no es estar en el máximo nivel en España, sino a nivel internacional. Esto obliga a un trabajo muy exhaustivo para filtrar a los futbolistas susceptibles de incorporarse. En eso estamos.
- ¿Es el reto más ambicioso de su carrera?
-Cada uno es distinto a los demás, pero probablemente sea la responsabilidad más alta que haya desempeñado hasta ahora, sin menospreciar la que tuve en el Sporting, Racing y Lugo.
- En su etapa en el Sporting ya se le relacionó con el Sevilla.
-Lo que sucedió es que tenía muy buena relación con Víctor Orta y Monchi. Teníamos unos pensamientos muy cercanos en lo profesional y me tenían en muy alta estima, pero no se dio nada como lo que pasó ahora con Óscar Arias.
- ¿Es muy alargada la sombra de Monchi?
-Vivo la situación observando a mi jefe, que está plenamente integrado en el trabajo que tenía previamente desarrollado el club, con las modificaciones que él ha dado en el método. A Óscar lo veo muy centrado, tranquilo y sereno. Hay que centrarse en nuestra forma de trabajar. Él tiene un amplio conocimiento del club, y como la línea es continuista, es un paso a favor, no de él ni de la gente que estamos a su cargo, sino del Sevilla.
- ¿Cómo valora la incorporación de Torrecilla al Sporting?
-Es un profesional que lleva demostrando su capacidad de trabajo durante muchas temporadas. Es una de las personas más capacitadas para desarrollar esta labor en un club de la importancia del Sporting. Así se lo hice constar a él tras su nombramiento.
- A Torrecilla ha tocado hacer muchos cambios tras el descenso a Segunda.
-Mi experiencia es la de confeccionar plantillas en Primera o en Segunda División, no he vivido la situación de hacerlo tras un descenso, afortunadamente. La parte positiva de hacer muchos cambios es que puedes desarrollarlos a tu gusto. En una balanza, jugando a adivino seguro que está contento. Desde fuera se le ve contento.
- ¿Le queda algún resquemor sobre su salida del club?
-En el fútbol profesional vives el día a día y todos los que tuve en el Sporting fueron sensacionales. No tengo ninguna espinita clavada en ese sentido. Tengo la suerte de haber trabajado allí desde que comencé como entrenador de benjamines, hasta alcanzar la dirección deportiva. Estoy orgulloso del trabajo que hicimos Manolo (Preciado) y yo. Son etapas. Llevaba seis años en la dirección deportiva y eso no se consigue todos los días. No es sencillo.
- ¿Da por cerrada su etapa en el Sporting o deja la puerta abierta a volver?
-En lo que sólo pienso ahora es que mi etapa profesional en el Sevilla pueda durar lo máximo posible.
