"No sé los partidos que llevo, no hago ese tipo de cuentas porque me recuerdan lo mayor que soy". Paco Herrera logra a duras penas contener la emoción cuando salta el play de una televisión estratégicamente situada a su lado durante su rueda de prensa previa a su partido 500 de liga como entrenador. El club le ha preparado un homenaje y por la pantalla desfilan el presidente de Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, y los que fueron jugadores suyos como López Garai, Roque Mesa o Iago Aspas. La emoción crece cuando aparece su mujer, sus hijas, sus nietas y otros familiares. Herrera logra dominarse y contiene la emoción. "He sido muy feliz en todo este tiempo porque he hecho lo que me gusta y eso no es fácil. No me siento un trabajador, me siento un privilegiado", explica el entrenador catalán. Herrera se muestra feliz de alcanzar esta efeméride en Gijón porque "así se cierra el círculo". En la sala de prensa se han colado sus auxiliares y Quini que le entrega una camiseta con su nombre y el número 500. "Tengo la misma ilusión que cuando empecé con 33 años. Ojalá se complete con un ascenso".