El Sporting. Los rojiblancos se juegan este viernes (El Molinón, 21.00 horas) cazar en la tabla a un rival directo en la pelea por la promoción y alimentar el espíritu de remontada que tanto sufre cuando se juega fuera o el rival es uno de los diez primeros de la tabla. El conjunto gijonés sólo ha sido capaz de imponerse a Lugo y Numancia de la lista de nueve equipos que le precede en la tabla. Lo hizo en el mismo escenario en el que se medirá a los rojillos, el municipal gijonés. Y en medio de esta oportunidad para ajustar cuentas, se encuentra el goal-average, tan importante ante lo igualado de la zona alta. Los del Pipo ya lo tienen perdido con Oviedo y Numancia.
Rubén Baraja quiere alargar el pleno de victorias que ha firmado en El Molinón desde su llegada al banquillo. Una racha que ejerce como su gran aval tras las dificultades que el equipo continúa arrastrando a domicilio. La última salida, a Lorca, se convirtió en el primer punto del Pipo en el que fue su cuarto encuentro lejos de El Molinón. Un resultado que terminó siendo decepcionante ante los escasos argumentos vistos para superar a un rival que inició el encuentro como colista de la categoría, y lo terminó abandonando el farolillo rojo gracias a su primer punto en los últimos once partidos.
El Sporting empataría a 43 puntos con Osasuna de imponerse a los navarros, el mejor visitante de la categoría junto al Nàstic, al haber sumado a domicilio un total de 21 puntos. Lo ha hecho a través de una propuesta que ha tenido en cuenta Baraja en los últimos entrenamientos. El entrenador rojiblanco ha puesto a prueba a sus jugadores ante el dibujo táctico (5-3-2) que últimamente viene presentando el conjunto rojillo. Una filosofía que cuenta con el exrojiblanco Lillo como un fijo en la línea de tres centrales, a la que acompañan dos carrileros.
La pelea por entrar en la promoción se resume en que hay nueve equipos en un margen de siete puntos de diferencia. Empezando por los 47 del segundo clasificado, el Rayo Vallecano, hasta llegar a los 40 del propio Sporting. Todo es posible cuando restan 15 jornadas por disputarse. El problema es que el Sporting pueda encontrar a tiempo la solución a sus pobres números a domicilio, sin descuidar las consecuencias de los duelos directos que tiene ante rivales que pelean por su mismo objetivo. El Molinón sigue ejerciendo como el mejor lugar para apoyarse y seguir creyendo en una remontada a la que se remite el vestuario. Pasado mañana habrá una nueva oportunidad para ajustar cuentas.
