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La precipitación pasa factura

El Sporting llevó a cabo ante el Numancia cien pases menos que contra el Extremadura Los rojiblancos, más inestables sin Sousa, vuelven a perder en casa más balones que el rival

Pelayo Morilla lucha por un balón aéreo con Fran Villalba. J. J.

Por primera vez esta temporada el Sporting se encontró en El Molinón con un gol de su rival. Una situación que no había vivido antes, ya que en los partidos ante el Nàstic y el Extremadura los rojiblancos, tras abrir el marcador, jugaron con el viento a favor y consiguieron después sentenciar. El pasado domingo, durante una gran fase de la primera parte, el conjunto de Baraja recordó al que se había visto en el arranque de competición como local, un equipo dominador, que llevaba la iniciativa, que se sentía cómodo y creaba ocasiones. La fiabilidad defensiva hacía crecer al equipo. Pero esta última jornada un gol inesperado, en una jugada embarullada, con fuera de juego incluido, trastocó los planes del Sporting, que no fue capaz de desplegar un plan B.

Ausencia de control del juego. El 1-1 del Numancia hizo caer al Sporting en una profunda precipitación, con demasiadas prisas para marcar, sin pausas en el juego, y con un equipo partido entre la zona de defensa y de ataque. Como resultado: el primer empate de la era Baraja en casa, tras haber ganado trece partidos y perdido dos. No es casualidad que el Sporting diese cien pases menos que ante el Extremadura. Las prisas por marcar hicieron que los rojiblancos quisiesen llegar demasiado rápido al área, lo que les hizo caer en abundantes precipitaciones y fallos en el juego. Por segunda vez en lo que va de curso en El Molinón el equipo de Baraja perdió más balones que el rival (128 del Sporting por 116 del Numancia). Ante el Extremadura el balance había sido 149 a 135, mientras que frente al Nàstic el Sporting perdió 155 balones y el conjunto catalán 159. Es cierto que la posesión no siempre es determinante, pero bajo el control y la maduración de la jugada los rojiblancos obtuvieron un buen rendimiento y resultado ante Extremadura y Nàstic, cuando realizaron 448 y 518 pases. El pasado domingo, ante el Numancia, el Sporting bajó hasta las 410 combinaciones.

Sin Sousa falta chispa. En Alcorcón el portugués salió al rescate en el tramo final para dar más frescura a las transiciones hacia la meta rival, y para marcar en el descuento el tanto del empate para el Sporting. Baraja decidió ante el Numancia que André Sousa fuese el primer cambio. Y el equipo acusó su marcha, ya que Robin Lod pasó al centro del campo y no aportó la frescura que necesitaba el Sporting. Es cierto que André Sousa dejó detalles, pero quizás no fue su mejor partido, en parte porque actuó más bien como mediapunta, a la espalda de Djurdjevic, con menos recorrido en el césped, pero también sin tanta participación. La imagen de Sousa situándose casi a la vera de los centrales para iniciar la jugada no se dio de forma tan asidua. Faltó quizás que Nacho Méndez y Cristian Salvador, que pueden tener una proyección más ofensiva y atrevida que Santana y Cofie, asumiesen más protagonismo en la elaboración.

Variaciones de sistema. La temporada pasada, a su llegada, Baraja apostó por jugar con dos delanteros, pero tras el derbi en el Carlos Tartiere frente al Oviedo se asentó con un 4-2-3-1 hasta final de Liga. Este año el Pipo decidió probar con un 4-1-4-1, un dibujo que le funcionó a la perfección con Cofie como ancla. Pero la ausencia del africano hizo que su puesto lo asumiese Nacho Méndez, que no estuvo del todo cómodo, dejando por delante a Cristian Salvador junto a Sousa. Aunque en varias fases del partido los dos canteranos se alinearon, con el portugués por delante, recuperando el 4-2-3-1 del curso pasado. Para el tramo final Baraja arriesgó sin éxito con un 4-4-2, con Neftali de segunda punta.

El mismo inicio de Liga. La temporada pasada el Sporting finalizó la quinta jornada de Liga con ocho puntos. Este curso la cifra se ha calcado, y de nuevo tras haber jugado frente al Numancia en la misma jornada. Aunque el año pasado se llegó tras una dura derrota en Soria por 3-0. El Sporting actual lleva marcado seis tantos y solo ha encajado dos, mientras que el curso pasado con Paco Herrera el bagaje era de siete goles marcados por cuatro encajados.

Falta determinación. Todos los goles han llegado por medio de centrocampistas. André Sousa o Robin Lod han dejado pinceladas, y Carmona luces y sombras. El Sporting necesita que los dos últimos refuerzos, Álvaro Jiménez y Djurjdjevic, acaben de explotar. Y que Blackman se recupere y se una para aportar remates y goles.

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