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Segunda División

Al Sporting por convicción

"Cuando estaba en el Recreativo decidí irme a Gijón y rechacé una oferta del Barça", señala el centrocampista Ahora trabaja como ojeador en Asturias para la cantera del club rojiblanco

De izquierda a derecha, de pie, Rivero, Abel, Joaquín, Jiménez, Maceda y Pereda, y agachados, Mesa, Redondo, Andrés, Uría y Enzo Ferrero, en la final de Copa de 1982 en Valladolid ante el Madrid. LNE

Aún recuerda Andrés Fernández cuando con 17 años jugaba en el Recreativo de Huelva en Segunda, y a final de temporada este centrocampista de la localidad andaluza de Punta Umbría recibió dos ofertas, y aconsejado por su familia eligió el Sporting. "Cuando estaba en el Recreativo decidí irme a Gijón, rechacé una oferta del Barça. Tenía esas dos opciones, pero me aconsejaron que fuese al Sporting con grandes jugadores como Ciriaco, Quini o Ferrero porque iba a tener más opciones de jugar. Y aunque al principio me costó un poco, sin duda fue una decisión acertada", señala este jugador rojiblanco de finales de la década de los setenta y principios de los ochenta, y que ahora trabaja como ojeador en Asturias para la captar jugadores para la cantera del Sporting.

Su fichaje se produjo en 1977, año en el que los rojiblancos regresaban a Primera. En Gijón permaneció hasta 1982, previo paso por el Celta de Vigo debido a que tuvo que hacer el servicio militar. Y después del Sporting su carrera profesional continuó una década más por el Cartagena, el Cádiz, el Sabadell, el Hércules y el Torrevieja.

En 1992 decidió regresar a Asturias en vez de a Andalucía, ya que al llegar a Gijón se afincó y formó su familia. Durante cuatro años aún tuvo tiempo para disfrutar del fútbol a nivel aficionado en el Gijón Industrial y el Ribadesella. Y entonces fue cuando hace dos décadas se retiró de forma definitiva y pasó a hacer lo que más le gustaba: entrenar. "Lo tenía claro cuando jugaba, el fútbol era mi vida y quería seguir vinculado al deporte entrenando", recuerda. En este tiempo estuvo trabajando con jóvenes en La Braña, Veriña, Roces. Y hace dos años dio un paso más y atendió la llamada del Sporting para trabajar de ojeador en Asturias. "Es un trabajo totalmente distinto, se disfruta mucho también", señala antes de añadir que "me fijo en todo los detalles, cómo trabajan con balón o sin balón, los movimientos o la actitud dentro del campo, del fútbol base me encanta la técnica, la actitud y el compañerismo".

El fútbol nunca lo ha dejado de lado, pero Andrés también tuvo tiempo para trabajar algunos años en una empresas de muebles y en otra de forestales y jardinería. "Pero siempre tenía tiempo para entrenar por las tardes", comenta. "Mientras jugaba ya me saqué el título de nivel I y II de entrenador, y al acabar el III", añade.

De su paso por el Sporting su mejor recuerdo es haber jugado en la final de Copa del Rey ante el Madrid en Valladolid en 1982. "Era un centrocampista zurdo nato, con un nivel técnico alto, de ultimo pase y cambios de orientación, pero me costaba meter la pierna y defender. Prefería tener el balón", apunta Andrés.

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