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El sueño del niño de Lugansk

Bogdan, lateral del Sporting B debutante con la selección ucraniana sub-21, dejó su país hace quince años para "buscarme la vida"

Bogdan Milovanov posa en la Escuela de Fútbol de Mareo. D. BLANCO

Cuando tenía cinco años (cumplirá 21 años este mes) Bogdan Milovanov cogió las maletas junto a sus padres y abandonó su ciudad natal de Lugansk, ciudad envuelta posteriormente en la guerra de Donbáss, la cual siguió ya desde Madrid, donde se trasladaron para "buscarnos la vida". "Las cosas en Ucrania no estaban muy bien, mis tíos estaban aquí en España, arriesgamos y vinimos. Estoy contento de que hayamos dado ese paso", afirma el lateral derecho del Sporting B.

Una decisión que le cambió la vida por completo. Ahora, vive su mejor etapa como futbolista en las filas del filial rojiblanco, donde se ha convertido en un indiscutible hasta la fecha, lo que le ha abierto de par en par las puertas de la selección ucraniana sub-21, con la que debutó hace poco más de quince días disputando la Antalya Cup, donde resultaron ganadores. "Para mí ha sido una experiencia muy bonita, desde pequeño siempre quise ir a la selección de mi país y defenderla a muerte, me han dado la oportunidad y la he aprovechado al máximo. Representar a mi país es dar un paso adelante. Espero que no sea la última convocatoria", desea Bogdan.

El ucraniano ya mira al futuro con optimismo, también pendiente de que pueda ser nuevamente requerido por el seleccionador Rotan Ruslan, que dará su próxima citación en el mes de mayo. "Estaría encantado de volver, pero primero hay que dar el máximo en los siete partidos que restan con el filial", asegura el rojiblanco, que suma 25 participaciones esta temporada con el ahora equipo que dirige Manolo Sánchez Murias, con el cual aún no ha debutado y podría hacerlo esta mañana ante el Vitoria (12 horas, Mareo).

El futbolista sabe que el hecho de pertenecer al filial del Sporting le ha servido para llamar la atención de los técnicos ucranianos, siendo el mejor escaparate para dar el salto a la selección sub-21 ya que "si estás en un club grande como éste te ve más gente y llamas más la atención". Bogdan se encuentra en plena evolución futbolística desde que aterrizase en España. Primero pasó por el fútbol sala antes de que "mis padres quisieran que jugase a fútbol once", por lo que entró en la Escuela del Atlético de Madrid durante un año. Fue entonces cuando se incorporó durante tres años al Alcobendas, con el que debutó en Tercera División con solo 16 años, siendo ojeado por el Getafe, que le incorporó en su equipo de División de Honor juvenil mientras realizaba la pretemporada con el filial de Segunda División B. Getafe B y San Sebastián de los Reyes completan su historia antes de incorporarse esta campaña al Sporting B con un contrato de dos temporadas más una ampliable.

Su deseo es seguir dando pasos al frente. No se pierde un partido del equipo de José Alberto López en El Molinón y su ambición es clara: dar el salto al primer equipo. "Es un sueño poder jugar en un estadio así y ante esta afición. El Sporting es un club que impacta. Ojalá que llegue el día de debutar", confiesa mientras esboza una imborrable sonrisa. Bogdan Milovanov, sin embargo, se centra en el presente, en lograr la permanencia cuanto antes con el Sporting B y considera que "había equipo para luchar por una de las plazas de arriba". Tampoco se olvida del pasado, de su tierra, de su anhelada ciudad Lugansk. "Cuando veía las noticias, desde la distancia, me daba tristeza ver la guerra que se estaba viviendo en mi ciudad. Llevo seis o siete años sin ir a Ucrania", comenta. Piensa en progresar, en disfrutar del fútbol, en seguir creciendo y por qué no, en revivir el sueño de defender de nuevo a su país luciendo la elástica de la selección y de dar el día de mañana el salto a la banda derecha de El Molinón.

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