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Así recuerdan sus excompañeros a Abelardo González: Adiós a un portero de época

“Era un gran guardameta y mejor persona”, valoran quienes compartieron vestuario con el exjugador de Sporting y Valencia

Arriba, plantilla del Sporting con Abelardo, Fabián, Redondo, Manolo González, Garzón y José Manuel –de pie–, y Ciriaco, Churruca, Quini, Fanjul y Ferrero –agachados–. A la derecha, una formación del Langreo con el portero a la izquierda. Sobre estas líneas, una imagen más reciente de Abelardo. | LNE / UPL / Superdeporte

“Era un gran guardameta y una mejor persona”. Así recuerdan a Ángel Abelardo González (Sotrondio, 1944-Valencia, 2021) quienes compartieron vestuario con él. El guardameta, que llegó a ganar una Liga con el Valencia en 1971 y que jugó en el Sporting y el Unión Popular de Langreo, falleció anteayer a los 76 años en la capital del Turia, donde residía desde hace años. Abelardo, como todos sus excompañeros le conocían, era “amable y buen compañero”, además de “un muy buen portero”. Además de alzarse con el título liguero, el cancerbero tuvo ocasión de compartir vestuario con jugadores de la talla de Quini o Castro en el Sporting, además de ser entrenado por Di Stéfano en el Valencia.

“Era muy llano, muy amable, muy buen chico”, recordaba ayer Ciriaco Cano, que coincidió con Abelardo en su época como jugador del Sporting, en las temporadas 1974-75 y 1975-76. “El tiempo que jugó con nosotros, nos ayudó bastante”, recuerda quien luego fuera también entrenador rojiblanco. “Era un gran portero, pero tuvo la mala suerte de competir con Castro”, analiza. Para Ciriaco, Abelardo “era como Tati Valdés: una gran persona, un gran compañero”. Fruto de ese buen ambiente en el vestuario se creó una hermandad entre aquella plantilla. “Formábamos un buen grupo en aquella época, pasábamos mucho tiempo juntos también después de entrenar, vivíamos juntos”, rememora. “Siempre que hay un fallecimiento lo notamos mucho”, reconoce.

Plantilla del Langreo con Abelardo, primero por la izquierda UPL

También José Ignacio Churruca lamenta la pérdida de quien fuera su compañero en Gijón. “Como portero, era excelente”, recuerda. “Un portero a la vieja usanza, de nivel, que no tenía mucha técnica con los pies, pero paraba todas las que tenía que parar”, explicita, para añadir: “En los entrenamientos no era nada fácil batirle”. El delantero vasco destaca lo conseguido por Abelardo. “Fue campeón de Liga y de la Copa con el Valencia, fue un hombre importante dentro del mundo del fútbol”, explica. También en sus vidas. “Estábamos todos embarcados en una misma misión, todos luchábamos por lo mismo, y más que compañeros éramos amigos”, remarca, “era muy buena gente, una persona seria”.

Por eso, entre quienes compartieron vestuario con él en aquella época, se sintió especialmente su pérdida. Así lo refrenda José Antonio Redondo. “Es una pérdida muy grande y la sentimos mucho, porque era muy buena persona”, explica el mítico lateral sportinguista, “fue una sorpresa para nosotros, se mezcla la pena y el recuerdo”.

Abelardo, en una imagen reciente Superdeporte

“El año que ganamos la Liga con el Valencia fue su mejor temporada, hizo un año fantástico”, recuerda el mierense José Ramón Fuertes, que coincidió con Abelardo en su época en el club ché, con el que se hicieron con el título liguero. “Ya habíamos coincidido en la selección asturiana juvenil y luego nos volvimos a reencontrar en el Valencia”, rememora, “fueron años muy buenos, no solo por el título liguero, sino por todo lo que pudimos vivir”. Cuando Abelardo se fue al Sporting, tras dar por finalizada su época como jugador valencianista, Fuertes se retiró del fútbol. Pero más adelante volvieron a encontrase sus caminos, nuevamente en el club ché. “Yo formaba parte de la secretaría técnica y él era entrenador de porteros en Paterna”, explica, “nos veíamos mucho”, recuerda quien era su amigo, que tiene fijada en la mente “una foto en la que salimos los dos levantando la Liga”.

“Me ayudó muchísimo siempre, sobre todo al principio”, asegura el felguerino José Luis Fernández Lavandera, que coincidió con Abelardo en el Langreo. “Cuando yo llegué, como juvenil, él era mayor y se portó muy bien conmigo. Al principio yo iba con algo de miedo, pero él me ayudó”, remarca, “incluso cuando luego jugábamos en contra”. Fruto de esa buena amistad, “siempre que venía a Asturias me llamaba y quedábamos”, aunque en los últimos años esas visitas se habían ido espaciando cada vez más. “Era un buen portero y un muy buen compañero”, enfatiza, “tuvo una trayectoria enorme”.

Una trayectoria en la que llegó a jugar casi 250 partidos repartidos entre Unión Popular de Langreo (45 partidos en dos temporadas), Valencia (171 encuentros repartidos en nueve campañas), Sporting (40 partidos en dos temporadas) y la Unión Deportiva Quart de Poblet, donde se retiró con 35 años, tras disputar dos encuentros.

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