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Gabinete de crisis en Mareo por la cantera: Manolo asume el mando

El director de las categorías inferiores del Sporting replantea el trabajo en la base en otro capítulo del pulso con la dirección deportiva que encabeza Javi Rico

Manolo Sánchez Murias

“Preocupa la situación de Mareo”. Javi Rico, director deportivo del Sporting, reconoció esta semana que la situación actual de la cantera no está siendo la esperada a estas alturas de la temporada. Lo hizo dejando un recado al División de Honor y otro al filial, estando ambos lejos de la situación clasificatoria que se esperaba en la dirección deportiva a estas alturas de la temporada. La dinámica ha llevado a que Manolo Sánchez Murias, director de Mareo, dé un paso al frente y asuma la gestión de la crisis después de meses en los que Noé Calleja, secretario técnico, había ganado presencia en esta parcela. La situación ha reflejado un nuevo capítulo en el pulso interno abierto con la llegada al club de la nueva dirección deportiva.

Hay varios debates abiertos en Mareo cuando se habla de la base. Dos muy concretos. Para entenderlos hay que trasladarse primero a la fecha en la que Javi Rico fue nombrado como nuevo director deportivo del Sporting. El gijonés llegó dispuesto a iniciar una reestructuración en la metodología de trabajo en las categorías inferiores, con acento en la política de captación entre otros apartados. Una línea que le llevó a remarcar, casi desde el primer día, que él pasaba a controlarlo todo. Por el camino hubo baile de nombres, con la salida de trabajadores de la confianza de Manolo Sánchez Murias, en lo que parecieron movimientos para reforzar la idea de Rico y remozar lo que se venía haciendo durante temporadas anteriores. Y como mano derecha de Rico para todo ello, Noé Calleja, secretario técnico.

Ese debate de poder, el abierto entre Noé Calleja y Manolo, es uno de los dos que habitan en Mareo. También fuera, donde clubes, jugadores y técnicos no saben muy bien quién tiene la última palabra o la iniciativa en la base. Desde entonces, el papel de Manolo Sánchez Murias quedó relegado a una labor más en la sombra. Adoptó perfil bajo. Especialmente ante los focos, con contadas, por no decir ninguna aparición pública, algo que antes no sucedía. Ni siquiera participó en el comunicado y las imágenes mediante las que el club informó, el pasado mes de febrero, de la renovación del convenio con la Asociación de Clubes de Fútbol Base de Gijón. Un convenio que es uno de los pilares de la idea de Manolo para Mareo y por el que trabajó desde su vuelta al club en 2013. Un convenio que hoy trae algún dolor de cabeza. La foto, para el presidente y los firmantes. También es una incógnita la duración del contrato que liga a Sánchez Murias con el club, renovado en 2018, pero eso ya forma parte de la política interna del Sporting.

En esta coyuntura surgió un segundo debate que estalló con fuerza esta temporada a raíz de la dura derrota del División de Honor en su visita al Celta de Vigo (11-0). ¿Formación o resultados en juveniles? ¿Competir o educar futbolistas en el camino al alto rendimiento?

“Me importan las dos cosas”, dijo Javi Rico el pasado miércoles. A la vuelta de aquella goleada en Vigo, al palo del resultado hubo que añadir la reprimenda recibida por los jugadores. Javi Rico fue duro. Una reacción que no sentó bien en algunos sectores del club, el de los partidarios en convertir la derrota ante el Celta en un “accidente” del que aprender. El director deportivo fue contundente, más que durante la rueda de prensa de esta semana, en la que tildó el resultado de “escandaloso” y señaló que se “ha ido reconduciendo la situación poco a poco”. Un discurso muy suave en relación a lo que se oyó después de lo sucedido ante el juvenil del Celta.

En las últimas semanas hubo orden de tomar cartas sobre el asunto, de apretar las tuercas para que la dinámica de resultados cambiara. Afectó incluso a la preparación física, con una línea marcada por Eduardo Domínguez, preparador físico de la primera plantilla, que traslada a la base. Hubo discrepancias internas y cambios como el que se produjo en el División de Honor, que relevó al encargado de desempeñar esta labor con la temporada ya en marcha. Manolo Sánchez Murias empezó entonces a recuperar un papel más protagonista, a ser más intervencionista que con anterioridad. En los últimos días, los mismos en los que ha tomado una dimensión mayor la preocupante marcha de la base abierta con aquel tropiezo del División de Honor, su llamada filas a los responsables de los distintos equipos ha ido a más.

Al estudio interno de las causas se han ido sumando otras medidas. El club valora ahora dar la baja a algunos jugadores. El cadete A podría ser uno de los primeros afectados. Es la franja de edad, la de los nacidos entre el 2004 y 2006, a la que se pretende dar un mayor impulso. Tampoco se pierde de vista a los que vienen detrás. En la última convocatoria de la selección asturiana infantil, el Sporting no tiene representación. Un hecho anecdótico, al tratarse de citación para jornadas de entrenamientos, y llegar después de haber contado con jugadores de Mareo en semanas anteriores. Un dato, en todo caso, que queda reflejado y que, hasta ahora, no solía ser habitual en ninguna de las convocatorias de la regional. El parón total de Mareo en el inicio de la pandemia también es otro de los efectos a medir en la marcha actual.

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