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César García: “Merecí tener más oportunidades en el Sporting”

“Mi paso por el primer equipo fue breve, pero lo hice bien; quizá me faltó la suerte que necesita todo jugador”, dice tras su salida del club

César García, ayer, en la plaza del Carbayedo de Avilés. | María Fuentes

“Me lo esperaba”. César García puso ayer fin a su vinculación con el Sporting. El extremo avilesino, de 22 años, dice adiós al club rojiblanco en el año que más presencia había tenido en el primer equipo, llegando a participar en cinco encuentros, dos de ellos de Copa, competición en la que hizo el gol que dio el pase de ronda ante el Ceares. “Creo que si hubieran apostado un poco más por mí hubiera devuelto esa confianza en el campo”, señala el ya exrojiblanco, que debutó en Copa ante el Zamora en 2019 y nunca acabó de asentarse. Futbolista de amago, verticalidad y regate, busca ahora un sitio en la Primera RFEF.

“Javi Rico me comunicó la decisión. Me dijo que le fastidiaba que terminase mi etapa, pero que en algún aspecto tenía que haberlo hecho mejor”, comenta César. No le ha ayudado una lesión que le ha dejado fuera del equipo en los últimos dos meses, ni un factor, el de la suerte, al que él atribuye un alto porcentaje. “Creo que merecí tener más oportunidades. Mi paso por el primer equipo fue breve, pero cuando lo hice, lo hice bien. No sé a qué se debió. Yo lo di todo cuando me puse esta camiseta y quizá me haya faltado esa suerte que necesita todo jugador”, afirma.

“No me voy dolido”, repite el ya exroijblanco, aunque sí reconoce que visto lo sucedido, el club debió dejarle salir el pasado verano. “Me querían el Racing y el Deportivo de La Coruña, pero el club no me dejó marcharme. Me molestó porque creo que mi categoría no era la Tercera RFEF, porque esa etapa ya había pasado”, sentencia. Agradecido con Samuel Baños, del que “aprendí mucho”, afronta ahora su futuro lejos de Gijón. “Hay alguna cosa en Primera RFEF, pero nada cerrado”, comenta. En su trayectoria ha vivido un constante ida y vuelta en Mareo, donde llegó en benjamines. Se fue en edad cadete al Avilés, para regresar en juveniles. Antes de dar el salto al filial, brilló en el Marino de Luanco, donde “Oli me dio una confianza que nadie me mostró antes”. Eso mismo busca ahora, recuperar la confianza y los minutos.

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