El Sporting muere en la orilla: los rojiblancos caen con orgullo en Butarque y se dejan gran parte de las aspiraciones de play-off

El equipo gijonés completó uno de sus mejores actuaciones en los últimos meses de visitante pero fue peor en las áreas y cayó ante un Leganés que roza el ascenso

El Sporting muere en la orilla: los rojiblancos caen con orgullo en Butarque y se dejan gran parte de las aspiraciones de play-off

El Sporting muere en la orilla: los rojiblancos caen con orgullo en Butarque y se dejan gran parte de las aspiraciones de play-off

Andrés Menéndez

Andrés Menéndez

Si le tocaba caer, murió con orgullo. El Sporting se dejó en Butarque el alma y también gran parte de sus opciones de ascender a Primera División tras caer (2-1) ante un Leganés que huele ya la Primera División. La derrota dolió doble, en un partido emocionante para el espectador neutral. Por las formas, con una versión más que digna del grupo de Ramírez, que se vació y por momentos mereció otro premio. También porque no le sonrió ni uno solo de los factores ajenos. Como el VAR, que anuló un tanto milimétrico a Izquierdoz que dará que hablar en Gijón. También porque la conquista de El Alcoraz del Racing de Santander complica mucho las opciones de play-off. Los rojiblancos deberán atender a lo que haga su enemigo íntimo, el Oviedo, y aspirar a un pleno para pensar en cuadrar los números. Pero ya no dependen de sí mismos y la promoción parece ahora ya sí un sueño. Las áreas frustraron –otra vez- parte de las posibilidades del segundo proyecto deportivo de Orlegi Sports en Mareo. 

Leganés
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2 1
Sporting
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1-0, min 18: Miguel de la Fuente. 1-1, min 52: Guille Rosas. 2-1, min 77: Cissé.

Alineación Leganés

Conde (1), Miramón (1), Jorge Saéz (2), Sergio G (2), Franquesa (2); Cruz (1), J. Chicco (1), Neyou (2), Djouahara (1); Portillo (1) y Miguel de la Fuente (3)

CAMBIOS

Diego García (2) por Djouahra, min 62. Cissé (3) pro Cruz, 68. Perea (s.c) por Miguel de la Fuente. Brasanac (s.c) por Neyou, min 80. Nyom (s.c) por Chicco, min 80.

Alineación Sporting

Yáñez (1), G. Rosas (3), Izquierdoz (2), D. Sánchez (1), José Ángel (1), Hassan (1), Pier (2), N. Méndez (s.c), Villalba (2); Otero (1) y Mario González (1)

CAMBIOS

Rivera (1) por N. Méndez, min 8. Queipo por Hassan, min. Gaspar por Villalba, min 80. Zarfino por Mario González, min 80. Roque Mesa por Rivera, min 80


Árbitro: Orellana Cid (C. Andaluz). Amonestó a los locales Neyou, Perea, Jorge Saénz y a los visitantes Pier, Guille Rosas, Izquierdoz y José Ángel

Butarque. 11.306 espectadores

Ramírez dio continuidad al grupo que le endosó una manita al Andorra con la salvedad de Hassan. Pero la noticia no estaba en la vuelta del francés, sino en quien se quedaba fuera. Gaspar, autor de 10 goles este curso. Villalba, mientras, continuaba abrochado a la banda, ahora en la izquierda. Las secuelas de un duro proceso vírico apartaron a Insua y era Izquierdoz el que se mantenía en la zaga junto a Diego Sánchez. La tensión se palpaba en el ambiente y contagio al ritmo en un partido que adquiría tintes dramáticos para el perdedor. Había en juego tres puntos pero las alturas de la campaña hacían que el botín valiese una barbaridad. Las imprecisiones y los nervios se reflejaban en las decisiones de los jugadores. La pelota corría de lado a lado y nadie aportaba calma, lo que beneficia a los muchachos de Borja Jiménez, equipo organizado pero, a la vez, muy vertical y feliz en las transiciones. La primera mala noticia llegó enseguida para el Sporting. Nacho Méndez se quedaba muy rápido fuera de combate al sentir un pinchazo en el muslo izquierdo. Ramírez eligió a Rivera antes que a Roque. Luego, otro susto para el cuerpo. Pier, defensa reconvertido a medio, cometió un error de infantiles en su área, llamativo para quien debe manejar el oficio. Se desubicó hasta el punto de girar sobre sí mismo y acabar golpeando de forma clara a Miguel de la Fuente. El penalti no se pitó porque el delantero estaba ligeramente adelantado, en fuera de juego. 

Manoseaba la pelota el equipo gijonés y abría el campo para buscar las piernas de Hassan. Pero le faltaba verticalidad. Era fútbol control. Pero el dominio inerte, incluso falso. No se sentía nada angustiado el equipo pepinero con ese guion de los acontecimientos. Conjunto muy fiable y organizado, el Leganés prefiere correr a los espacios que ganar la batalla de la posesión. La guerra, entendía el Leganés, pasaba por las áreas y no por manosear el balón en la medular. Y fue precisamente ahí donde se desangró el equipo asturiano, que ha perdido seguridad. Franquesa, hiperactivo, ganó línea de fondo y mandó un centro tenso que no acertó a despejar ni a retener Yáñez y el rechazo acabó cerca de su guarida. Portillo fue a por la pelota con más decisión y ganó el duelo para acerca el balón donde cambian los partidos. Ahí saltó con determinación Miguel de la Fuente. 1-0. Y al Sporting le tocaba remar. El gol era aire para el Leganés, porque su plan de partido adquiría ahora todavía más sentido. 

El golpe envalentonó a los gijoneses, que ofrecieron resistencia. No fue una reacción tremenda en cuanto a juego, pero sí meritoria, digna de mención. Al menos se fueron hacia arriba con determinación los de Ramírez, que perdieron el miedo. La pelota ya no iba tan despacio sino que corría con mayor velocidad, lo que angustiaba a la defensa pepinera, que comenzaba a sufrir de verdad. Aunque el peligro llegó en realidad en una pifia en la toma de decisiones del Lega. Tras un saque de esquina mal sacado por José Ángel, que acabó por sembrar el caos. Conde agarró el balón y buscó rápido un contragolpe. Pero el ataque se frustró. El mismo Cote recuperó, y vio a Hassan, solo ante el peligro. El francés hizo retroceder a Djouahra y definió ligeramente desviado. El encuentro había entrado ya en otra dimensión. Iban ganando terreno los de Ramírez, tirando d corazón. Y el empate estuvo a nada de llegar. Tras otro córner. Mario González pegó un brincó enorme y la conectó con mucha fuerza con la cabeza. Conde sacó sus reflejos. Pero el rechazo fue a caer a las piernas de Izquierdoz, que la mandó a la red. Orellana Cid pitó fuera de juego. Y luego llegó el otro juicio, el que vale, el del VAR, que rectificó la primera decisión. Las cámaras no parecían ofrecer mucha nitidez, con Miguel de la Fuente muy cerca del capitán del Sporting. Pero la acción fue confirmada en cuestión de un minuto por Gorostegui Fernández-Ortega. El banquillo visitante se echaba las manos a la cabeza. La tensión se disparó hasta puntos insospechados, porque en apenas unos minutos se produjo otra jugada complicada. Otra vez entre Izquierdoz y Miguel de la Fuente, la batalla del partido. El zaguero pugnó con el punta cuando este se iba lanzado a la casa de Yáñez. El 9 acabó en el suelo. “Sigan, sigan”, gritó Orellana-Cid. En las Rozas dieron suspense a la jugada, con una revisión que inquietó a todos por igual: nadie entendía entre el sportinguismo porque esa acción era digna de revisión cuando Diego Sánchez estaba cerca de la jugada. Luego, el VAR dictó que todo debía seguir como estaba. Pero el nerviosismo flotaba hasta el punto que los incidentes también alcanzaron a las gradas. El pique venía ya de lejos, del fango de las redes, por el problema con una brecha en la red del Leganés, que dejó tirados a decenas de aficionados rojiblancos, muchos obligados a ver el encuentro desde un bar en el Sur de la capital tras respaldar al equipo en los aledaños en la previa. La policía nacional intervino dos veces en diez minutos. Primero para cambiar de ubicación a un grupo de jóvenes seguidores rojiblancos, ubicados en la zona visitante. Luego para calmar los ánimos en el lugar donde se ubicaba La Mareona. A todo esto, llegó el descanso.

Volvió tras la reanudación con idéntico ánimo el Sporting, dispuesto a plantar batalla. Iban hacia adelante una y otra vez, sin miedo. No era el grupo gijonés el equipo temeroso de tantas veces a domicilio, sino un grupo atrevido. El fútbol premió la osadía y fue especialmente justo con un sportinguista de cuna. Guille Rosas marcó uno de los goles que pueden cambiar guiones de carrera. Recortó hacia dentro y con su pierna menos buena –la izquierda- conectó un mísil que se coló sin que nada pudiera hacer Conde. ¿Su celebración? Corriendo a la zona donde estaba La Mareona. Y el partido volvía a empezar. El Leganés dio dos pasos adelante, especialmente con la entrada de Diego. Y a nada estuvo de hacer el 2-1. De la Fuente y Diego se asociaron dentro del área e Izquierdoz acabó dejando un espacio tras lanzarse al suelo. Pero el remate del punta pepinero se fue por un suspiro. Los espacios eran ya infinitos, porque todos jugaban con el alma y la calculadora. Y un descuido de Conde, Mario rozó el 1-2. Se le escurrió la pelota a un arquero muy seguro, y “el Pistolero” estuvo ágil, pero su remate golpeó en un zaguero. El duelo estaba ya en una fase de cara o cruz, de los detalles. Y era en su propia área donde los rojiblancos daban síntomas de fragilidad. Una fuga permitió a Franquesa quedarse frente a Yáñez, que sacó una pierna prodigiosa. Apretaba ya mucho el Lega y sufría el Sporting. Butarque, de pie. Fueron minutos de muchísimo sufrimiento para el grupo gijonés, sobreviviendo en el alambre. Pero la angustia acabó de forma dramática, quizás injusta. Cisse, que llevaba un rato en el verde, saboteó la ilusión del sportinguismo. Fue un remate tenso, pero que se envenenó tras encontrar por el medio una pierna. Aun así, intentó levantarse el Sporting. Ramírez llamó a Gaspar, Zarfino y Roque. Murió en el área ajena el Sporting. Llegó a temblar Butarque, que se siente casi de vuelta a la elite.