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A bordo del Airbus 330-200 viajaban 126 hombres, 82 mujeres, siete niños y un bebé, y la tripulación estaba formada por doce navegantes, tres de ellos auxiliares técnicos y nueve auxiliares comerciales. En un comunicado oficial, Air France informó de que en el avión viajaban 61 franceses, 58 brasileños y 26 alemanes. Asimismo, volaban nueve italianos, nueve chinos, seis suizos, cinco británicos, cinco libaneses, cuatro húngaros, tres irlandeses, tres noruegos, tres eslovacos, dos marroquíes, dos polacos, dos estadounidenses, un argentino, un austriaco, un belga, un canadiense, un croata, un danés, un estonio, un holandés, un filipino, un rumano, un ruso, un turco, un gambiano, un islandés, un sueco y un surafricano.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación español confirmó luego la presencia de una mujer de origen catalán en el pasaje. El otro español es Andrés Suárez Montes, un ingeniero natural de Marchena (Sevilla), según informó Iván Casero Montes, primo del desaparecido. Suárez Montes había informado a su tía de que iba a tomar el vuelo a París. La familia le llamó desesperada tras conocer la desaparición del avión, pero el teléfono móvil del ingeniero no constestaba. Tiene familia en Marchena y Sevilla, pero hacía algún tiempo que no vivía en España. De hecho, se había ido a vivir a París después de casarse. No tenía hijos. De la otra desaparecida no han trascendido datos por el momento.

Decenas de personas se acercaron a los aeropuertos de Río de Janeiro y Charles de Gaulle de París para conocer noticias de los desaparecidos. La espera está resultando desesperante y se han vivido terribles escenas de dolor.

Francia y Brasil han movilizado sus recursos para dar con el Airbus 330-200. Desde Dakar salió en su busca un avión militar francés, al que se suman los esfuerzos de tres barcos y siete aviones brasileños. Sin embargo, los buques no llegarán hasta hoy, martes, a la zona del siniestro.

También España ha ofrecido su ayuda, concretamente un avión Casa 235 de la Guardia Civil, según el Ministerio del Interior. El aparato despegó de Dakar, donde participaba en el despliegue de la agencia europea Frontex contra la salida de cayucos de la costa africana en dirección a Canarias.

Además, Sarkozy señaló que Francia ha «pedido ayuda a los estadounidenses a través de satélites para localizar el lugar donde se produjo la catástrofe». Según el presidente francés, el objetivo es encontrar el «máximo número de elementos» del aparato con el fin de «comprender lo que ha pasado». En este sentido, reconoció que «será muy difícil, porque la zona de búsqueda es inmensa, de cientos de kilómetros».

El accidente sería, de confirmarse, la peor tragedia aérea a esacala mundial de los últimos tres años. En ninguno de los diez últimos grandes accidentes de aviación -entre ellos el de Barajas, el pasado mes de agosto- la cifra de víctimas mortales superó las 200, siendo el más grave el sufrido en julio de 2007 por un avión de la compañía brasileña TAM en São Paulo (199 fallecidos, doce de ellos en tierra).