Oviedo

El nuevo arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, aseguró en una carta que «Dios no estaba jugando al golf, haciendo turismo estirado o distrayéndose con bonsáis. Dios estaba muriendo con las víctimas de Haití una vez más».

En su opinión, Dios, a través de misioneros, cooperantes y todos los que están trabajando por tratar de que Haití retome la normalidad tras el devastador terremoto que sufrió hace unos días, «reparte ternura y guarda silencio, que es como se dicen las mejores cosas».

En una misiva escrita por Sanz Montes, el arzobispo señala que «una vez han saltado las alarmas, y de nuevo hemos sido humillados en donde más nos duele: los pobres más pobres». E hizo un llamamiento a los fieles para que reconozcan el valor de «cuantas cosas gozan a diario», porque, a menudo se pierde el «horizonte del don que significa el hecho de vivir, de caminar, de ver y oír, de amar». También resalta la solidaridad mostrada y aseguró que «una tragedia como ésta, nos hace despertar de nuestras dormideras».