Oviedo,

M. PÉREZ

La fiscalía solicita una pena de dos años y siete meses de cárcel para un vecino de Piloña por un delito de abusos sexuales continuados contra su hija menor de edad. La niña, que en la actualidad tiene 8 años, habría sido víctima de los abusos de su padre desde que tenía 3 años hasta que cumplió los 6. El juicio se celebrará el próximo día 22 en el Juzgado de lo penal número 2 de Oviedo, a puerta cerrada.

Según recoge el escrito de calificación redactado por el fiscal del caso, el acusado aprovechaba el momento del baño de su hija para realizar los abusos sexuales. Se duchaba a solas con ella y aprovechaba para «restregarse su miembro viril por la espalda de la menor». El mismo escrito de calificación especifica que «en alguna ocasión en la que se encontraba a solas con ella en una habitación de la casa y con la excusa de darle masajes por la espalda, barriga y piernas, aprovechaba para tocarle sus partes íntimas». Los hechos, según la fiscalía, tuvieron lugar desde que la niña cumplió los 3 años de edad hasta finales de 2006, cuando la menor tenía 6 años, momento en el que los padres de la menor iniciaron un proceso de separación.

El Juzgado de instrucción de Piloña adoptó medidas de alejamiento el 2 de junio de 2008 para el acusado con relación a la menor y su madre. Ahora el fiscal solicita, además de la pena de prisión de dos años y siete meses, la prohibición de aproximarse a una distancia de 200 metros del domicilio o cualquier lugar frecuentado por la madre y la hija, así como cualquier intento de comunicación con la menor y su ex esposa durante un período de seis años. Además, por la vía de la responsabilidad civil, la fiscalía pide que el acusado indemnice a su hija menor de edad con una cantidad de 2.000 euros. El juicio oral, que se celebrará dentro de quince días, será a puerta cerrada, dada la condición de menor de edad de la víctima, así como la naturaleza del delito. Además, se adoptarán medidas para impedir la confrontación de la menor y su padre, pudiendo utilizarse el método de la videoconferencia o un biombo.

Los delitos de abusos sexuales a menores en el seno familiar suelen ser difíciles de detectar en los pequeños, lo que facilitó que éstos se prolongaran durante tres años.