Lugo / Oviedo,

Agencias / L. Á. V.

Los cinco acusados de dar una brutal paliza a un vecino de Lugo, al que luego dijeron que iban a arrojar al embalse de Grandas de Salime, aceptaron ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Lugo penas que suman 26 años de cárcel. Los acusados, dos de los cuales residían en Tapia de Casariego cuando se produjeron los hechos, indicaron que sólo pretendían dar «un susto» a la víctima, Guillermo M. F. En la vista de ayer, éste reconoció que, cuando cuatro de los acusados le asaltaron en su casa de Paradavella (Lugo), en la noche del 12 de noviembre de 2007, nunca pensó que fuesen a matarlo.

La fiscalía pedía inicialmente sesenta años de cárcel para los acusados, 12 para cada uno. Finalmente, rebajó las penas solicitadas, en atención al reconocimiento de los hechos y a que ya han pagado 30.000 euros a la víctima en concepto de indemnización. De esa forma, los cuatro autores materiales de la paliza aceptaron cinco años y medio de cárcel, por los delitos de allanamiento de morada, lesiones y detención ilegal. La presunta inductora de la paliza, Flora C., ex compañera de la víctima y actual pareja del cuñado del hombre, aceptó, por su parte, cuatro años y siete meses de prisión. En total, 26 años y siete meses de cárcel.

Los hechos que se juzgaron hoy se remontan a noviembre de 2007 cuando uno de los imputados, Flora C., ideó un plan para acabar con la vida del que fue su pareja, Guillermo M., en connivencia con los otros cuatro imputados, un cuñado de la víctima, un hijo de éste, el hermano de Flora C., Maximino, y un amigo asturiano de éste, Carlos José M. A. Estos dos últimos residían en la localidad de Tapia de Casariego cuando se produjeron los hechos.

El 12 de noviembre de 2007 penetraron en la casa de la víctima, después de asegurarse de la ausencia de un familiar discapacitado que residía con Guillermo M. F. Luego entraron en su habitación y comenzaron a darle puñetazos y patadas, así como golpes con el mango de un hacha, mientras le decían que lo iban a matar.

Luego lo arrastraron al exterior de la casa, lo envolvieron en una manta y lo metieron en el interior del maletero del coche en el que habían llegado. Antes de cerrar la puerta, el cuñado de la víctima le anunció que lo iban a arrojar al embalse de Grandas de Salime. Mientras conducían hacia la localidad asturiana, la víctima logró abrir el maletero, arrojarse en marcha y huir hacia una casa.

El juicio tuvo que ser interrumpido cuando declaraba la presunta inductora, dado que no admitía unos hechos que previamente habían pactado las partes. Tras salir de la sala y conversar con su abogado, cambió su declaración. Antes del juicio, Flora C. dijo que veía todo el proceso «como una injusticia», porque todo era falso. «Ni lo comí, ni lo bebí», sentenció la mujer antes de la vista en la que terminaría aceptando cuatro años y medio de prisión.

La acusación particular, ejercida por la víctima, pedía inicialmente 16 años de prisión para cada acusado. La mala relación entre algunos implicados viene de veinte años atrás, cuando la hermana de la víctima desapareció en extrañas circunstancias.