Gijón, R. GARCÍA

Un vecino del centro de Gijón figura desde el pasado día 20 de mayo como principal cabecilla de una compleja trama de «hackers» que hasta hace sólo unos días actuaba a nivel mundial. Se trata de R. T. S., un gijonés marino mercante de profesión, de 31 años de edad, que fue detenido cuando se encontraba trabajando en el puerto de Almería y que ayer, desde su domicilio, negó a LA NUEVA ESPAÑA cualquier tipo de implicación en la red «Anonymous». «Yo no pertenezco a ninguna organización», aseguró el asturiano mientras rechazaba la posibilidad de hacer más declaraciones. «Me han metido en un lío», aseguró.

La Policía accedió a su domicilio hace unos días para incautarse de sus tres ordenadores. Él no estaba en casa, en donde permanecían en cambio sus padres. R. T. S. había sido detenido un día antes en Almería. De vuelta a su domicilio con su familia más cercana, este gijonés se encuentra actualmente en libertad con cargos a la espera del proceso judicial en el que deberá responder ante el juez acerca de su implicación en la organización de «Anonymous». La Policía asegura que el joven podría enfrentarse a condenas de entre uno y tres años de cárcel, según se recoge en el Código Penal.

El lema que introducen en internet cada día los decenas de militantes de «Anonymous» expresa en una sola frase las dificultades que los agentes expertos en delitos informáticos han encontrado para su identificación, a la vez que refleja la filosofía de vida de estos jóvenes: «Somos una legión, no perdonamos, no olvidamos, espéranos». Se definen como un movimiento sin líderes, sin portavoces y sin caras, pero, eso sí, con voz. Sus rostros se esconden, en decenas de manifestaciones en todo el país, detrás de las máscaras fabricadas a imagen y semejanza de la que utilizaba el anarquista revolucionario de la película «V de Vendetta», inspirada en el cómic de Alan Moore. Un símbolo que les ha llevado a protagonizar centenares de ataques en todo el mundo. Pero la historia se remonta aún más al pasado. En el largometraje y en el cómic el personaje luce esta careta en recuerdo de Guy Fakes, un personaje del siglo XVII ejecutado en el año 1606 por intentar dinamitar el Parlamento inglés.

Organizados en todo el mundo a través de internet, con códigos cifrados e identidades ocultas, la denominada «ley Sinde» contra la piratería les dio a estos jóvenes en octubre del 2010 un nuevo motivo por el que luchar. De hecho fue entonces cuando la Policía les puso en el punto de mira aunque previamente, en el año 2008, ya habían atacado la web de la Iglesia de la Cienciología. Las investigaciones que ahora han culminado con el arresto de tres de sus supuestos líderes y con la incautación del servidor que utilizaban en Gijón dio sus primeros pasos con la denuncia del Ministerio de Cultura. Los responsables estatales habían sufrido un ataque de denegación de servicio en su web organizado desde el chat de «Anonymous». En diciembre, el Ministerio y la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE) sufrieron un nuevo ataque. La actualidad les daría nuevos argumentos de lucha posteriormente tras la persecución a Wikileaks, la red desde la que se han filtrado cientos de miles de documentos secretos de Estados Unidos. Algunos les bautizaron entonces como los primeros «guerrilleros informáticos» que actúan en todo el mundo contra el poder establecido.

Pero no se quedaron ahí. Estos jóvenes fueron incluso protagonistas del ataque que sufrió el sistema informático del gobierno tunecino tras la inmolación de un joven con la que comenzó la revuelta en este país árabe. Y prometen seguir, a pesar del golpe que les ha asestado ahora la Policía Nacional. Su filosofía no les da otra opción.

El movimiento

Los jóvenes de «Anonymous» se organizan a través de internet en todo el mundo para atacar webs de empresas multinacionales y gobiernos.

Inspiración

La filosofía de estos «hackers» se resume en una frase: «somos una legión, no perdonamos, no olvidamos, espéranos».

Fechas

Los militantes de esta organización en España comenzaron en octubre de 2010 a luchar contra la «ley Sinde». A nivel internacional apoyan al creador de Wikileaks, Julian Assange.

Careta

Los rostros de estos activistas se esconden detrás de máscaras realizadas a imagen y semejanza de la que utilizaba el anarquista de la película «V de Vendetta», un personaje que luce a su vez esta careta en recuerdo de Guy Fakes, ejecutado en 1606.