"Tuvimos que echar a correr porque venían a por nosotros". Así explica Adrián Prieto el momento de tensión que vivió junto a Luis Manuel Caldevilla Rodríguez, el vecino de Bárzana, en Villaviciosa, que falleció el miércoles en Rodiles tras ser atacado por varias avispas o abejas. El joven tuvo más suerte porque aunque a él también le picaron los insectos en el brazo, puede contarlo y apenas se resintió.

Prieto ayudaba a Caldevilla a segar una finca en Rodiles cuando, al desbrozar, levantaron un enjambre y tuvieron que escapar porque un grupo de avispas o abejas, no sabe especificar bien, iba tras ellos. Asegura que a su compañero de faena le picaron en la mano y en el cuello, aunque era de este último picotazo del que más se quejaba, como también confirma su esposa.

Prieto no sabe si llegó a sufrir más ataques, pero estos dos fueron los más destacados. El joven, que aún no se ha recuperado de lo sucedido, continúa relatando que se dirigieron hacia la zona de la playa de Rodiles, pero Luis Manuel Caldevilla, que tenía 55 años, en seguida comenzó a sentirse mal. "Se le nubló la vista, se mareó y se desmayó", explica. Agrega que tuvo que ayudarle a frenar el coche para evitar un percance. Una vez que lograron llegar al aparcamiento central de la playa, Prieto echó a correr para pedir auxilio en la torre de salvamento, que queda en las inmediaciones. Fueron cuatro socorristas los que le propiciaron las principales atenciones, hasta que un médico del servicio de urgencias SAMU que esta en la playa acudió a prestar ayuda practicándole al afectado la reanimación cardiopulmonar básica durante media hora, hasta que llegó el personal médico del centro de salud de Villaviciosa y del helicóptero del 112. Todos los intentos de salvarle fueron en vano.

La familia de Luis Manuel Caldevilla Rodríguez asegura que no tenían conocimiento de que fuera alérgico a las picaduras de estos insectos. Incluso, apuntan que en una ocasión llegó a sufrir una agresión mayor sin que tuviera estas fatales consecuencias.

No obstante, los familiares aún están esperando por los resultados de la autopsia que determinará la causa exacta de la muerte. Pues aunque todo apunta a que fue el ataque de los insectos el motivo luctuoso, no descartan que la parada cardiorrespiratoria pudiera haber sido provocada por otra razón.

Sus conocidos y familia siguen llorando la muerte tan repentina de Caldevilla. Tres de sus cuatro hijos tuvieron que viajar de forma urgente desde Santander, donde residen, al conocer la noticia. Una de sus hijas, que trabaja en Villaviciosa, y su esposa, se encontraban en Asturias. Ninguno de ellos daba crédito, en el tanatorio maliayés de Valdediós, a lo sucedido y trataban de digerirlo con los ánimos de sus vecinos, amigos y conocidos. El funeral será este mediodía en la iglesia de Seloriu.