El ruido de una furgoneta fue la razón por la que un vigilante penitenciario mató el pasado domingo a cuatro personas en Trentola Ducenta, una localidad de Nápoles, al sur de Italia. El detenido Luciano Pezzella admitió que le "molestaba" el vehículo aparcado frente a su casa, que "hacía mucho ruido". Franco Pinestro, el dueño de la furgoneta, es una de las víctimas, mientras que las otras tres son padre, madre e hijo de la familia Verde, sus vecinos.

Según Pezzella, les mató para defenderse de "una agresión". Los hechos ocurrieron el domingo, cuando Pinestro, conductor de la furgoneta que venía a recoger unas cajas para su frutería, aparcó el vehículo frente a la casa de Pezzella y de la familia Verde. Pezzella explicó que les pidió que movieran la furgoneta, pero que "fue amenazado" por su vecino Michele Verde y por Pinestro, y como "tuvo miedo", fue a coger su pistola y les disparó a todos. Minutos después se digirió a Comisaría y se entregó diciendo que había "cometido una masacre".