La causa principal del accidente del caza F-16 griego que se estrelló en la base aérea de Los Llanos (Albacete) el pasado 26 de enero y que provocó 11 muertos fue que un mando clave para la estabilidad del aparato estaba en una posición equivocada debido posiblemente a que fue golpeado de forma fortuita por un objeto sin anclar en cabina. Así se desprende del informe con las conclusiones de la investigación del siniestro, realizado por un equipo integrado por varios países, liderado por Grecia, y publicado en la página web del Ministerio de Defensa francés.

El F-16 griego se estrelló pocos segundos después del despegue durante unas maniobras que la OTAN estaba realizando en la base aérea de Los Llanos. Como consecuencia del impacto, fallecieron los dos pilotos de la aeronave, de nacionalidad griega, y nueve militares franceses que se encontraban en la pista de la base. Además, 17 efectivos galos e italianos sufrieron heridas graves.

Una de las "causas principales" del siniestro que menciona el informe es que el avión no estaba "compensado adecuadamente" durante el despegue, lo que provocó que en ese momento estuviera girado 12 grados y eso afectó "drásticamente" a la aerodinámica. Esto se debió a que uno de los interruptores para compensar el timón de cola estaba en una posición de máxima compensación hacia la derecha, lo que no fue advertido por la tripulación porque el dispositivo no se encuentra en el campo de visión de ninguno de los pilotos, ni existe una señal visual o sonora sobre la configuración errónea.

El informe no aclara la causa del desplazamiento inadvertido del interruptor a una posición incorrecta, pero una de las posibilidades podría haber sido un objeto que estuviera suelto en el interior de la cabina. La otra causa principal es que el piloto del caza hizo la inspección de la aeronave 20 minutos antes del despegue y no inmediatamente antes de la maniobra.