Uno de los ocho detenidos el pasado puente del 12 de octubre en relación con un alijo de siete kilos de cocaína aprehendido por la Guardia Civil de Oviedo es Manuel Prado, natural de Villanueva de Arosa y dueño de una gasolinera en Caldas de Rey, investigado en su día por fraude de gasóleo y relacionado con Marcial Dorado, el conocido contrabandista reconvertido en narcotraficante que fue condenado el pasado mes de febrero a seis años de prisión por blanqueo de dinero procedente del tabaco y la droga. Prado fue arrestado el pasado domingo, cuando transportaba siete kilos de cocaína que iban a ser entregados a dos mierenses en el núcleo de Carraspientes.

Al día siguiente fue detenido en Gijón, también por agentes de la Guardia Civil, el empresario hostelero afincado en Villagarcía de Arosa Javier Meis Fernández, uno de los supuestos "cerebros" de la red, así como el taxista de la misma localidad José da P., quien había trasladado a Asturias a las esposas de algunos de los detenidos y que fue finalmente relacionado con el alijo.

La operación, llevada a cabo por la Guardia Civil de Oviedo, es la de mayor importancia de los últimos años no sólo por la cantidad de droga incautada, sino por la importancia de la red desarticulada y la cantidad de dinero aprehendida, unos 240.000 euros que portaban los dos mierenses detenidos y que iban a servir para adquirir la droga. Los dos asturianos trataron infructuosamente de esconder la droga tras descubrir que estaban siendo vigilados por agentes de la Guardia Civil desde una furgoneta camuflada. Los agentes lograron, no obstante, descubrir el escondite de los compradores y detenerles.

Seguimientos y escuchas

La Guardia Civil mantiene silencio sobre este caso, sobre el que pesa el secreto dictado por la titular del Juzgado de instrucción número 4 de Oviedo, que dirige las investigaciones, iniciadas hace unos meses. Durante los seguimientos y escuchas ordenados por la juez se logró establecer el modus operandi de la banda, que habría realizado al menos otra entrega de cocaína en Asturias.

La Guardia Civil investiga ahora el origen de la droga. Se desconoce por el momento si se han producido más detenciones en relación a esta trama de narcotráfico. Los ocho detenidos el pasado puente fueron enviados a prisión tras pasar a disposición de la juez del caso. Ninguno de ellos prestó declaración, ni ante la Guardia Civil ni ante la magistrada que ordenó las detenciones.

En los últimos meses, tras la llegada del nuevo jefe de la Comandancia de Oviedo, el teniente coronel Germán Avilés, se había hecho especial hincapié en la lucha contra el tráfico de heroína. Así, el pasado mes de febrero concluyó la "operación Mortero-Pipe", con la detención de 48 personas en las localidades asturianas de Oviedo, Gijón, Mieres, Pola de Lena, Aller, Olloniego y Morcín y la incautación de dos kilos de heroína. El grupo de vendedores tenía como centro un taller de coches de Morcín y durante la operación se desarticularon varios puntos habituales de venta de sustancias estupefacientes ubicados en las localidades de Pola de Lena y Olloniego (Oviedo), desde donde se distribuía heroína a diferentes camellos y consumidores.

Asturias fue en años pasados una de las vías elegidas por los narcos gallegos para introducir cocaína en el país, ante la presión que estaban sufriendo en las costas gallegas. Prueba de ello fue el alijo de 4.728 kilos de cocaína de gran pureza encontrado de manera fortuita en 1997 en la costa de Tapia de Casariego, concretamente en Salave. El último de los implicados en aquel alijo, Francisco Javier Martínez San Millán, conocido como "Franky", fue condenado a 18 años de cárcel en 2009. Había logrado huir de la Justicia cuando se produjo el hallazgo de los 166 fardos, pero fue detenido casi diez años después, en 2006.